«Llegar a la cima y seguir subiendo»: Jorge Bucay

Foto: AFmedios

Colima.- Llegar a la cima y seguir subiendo tiene que ver con la responsabilidad propia. Con el avance personal. Con ser feliz. Llegar a la cima y seguir subiendo es, dicho de otra forma, crecer. Sobre ello habló la noche del miércoles Jorge Bucay, psiquiatra y terapista gestáltico, a quienes se dieron cita en el Salón Allegra a las 20:30 horas.

El también escritor argentino conversó sobre las claves para entender la vida espiritual como un camino y no como una meta. “Cuando hablamos de espiritualidad hablamos de cosas cotidianas; no se trata de fe, religión sino de otras cosas, aperturas”, dijo.

Así, fue señalando distintos puntos al respecto como la forma en que los cargos, el dinero, la casa, el auto, la ropa, los títulos y honores de las personas constituyen un impedimento para crecer y ser feliz; “cada uno de nosotros es mucho más que los disfraces, que aquello que uno hace ante los demás. Vivimos tratando de cuidar nuestros bienes”, consideró.

Citando a Erich Fromm, destacó que “la sociedad post-industrial nos ha engañado; nos han enseñado que hay que tener para hacer y hacer para ser. Privilegiamos el disfraz; debemos privilegiar lo que somos y lo que somos no tiene qué ver con lo que estudiamos, sino con los sentimientos que somos capaces de tener”.

Mediante ‘cuentos’ o anécdotas, Bucay fue presentando ejemplos de enseñanzas al público, aunque también echó mano de dinámicas al presentar una de ellas: descubrir cuántos cuadrados había al interior de un cuadrado dibujado. El ejercicio tenía como fin provocar en los asistentes varias respuestas y con ello demostrar cómo sucede el avance gracias a los distintos puntos de vista sobre una misma cosa.

“La humanidad avanza cuando alguien ofrece una respuesta pero la pregunta continúa; ello nos anima a animarnos a ofrecer un nuevo punto de vista. Hay que animarse a decir: ‘yo veo lo que otros no ven’. Seguir preguntándonos la misma pregunta nos motiva a ver las cosas desde distintos puntos de vista”, afirmó.

El terapista insistió en que hacen falta personas que sean capaces de ver lo que no hay, que puedan plantear esas verdades que creen que son verdades.

“La espiritualidad significa aprender más de lo tangible”.

Además, cuestionó: “si la óptica nos genera una ilusión, ¿cómo pensar que no hay otras ilusiones más complicadas de detectar?”.

Habló también sobre el valor de la amistad, la trascendencia de los actos respecto a las personas que nos rodean, con quienes compartimos en el cotidiano. El hecho de que nos recuerden por lo que hicimos y no por lo nuestras posesiones. La actitud ante la muerte y la enfermedad.

Propuso a los asistentes un nuevo ‘modelo amoroso’, consistente en aceptar al otro como es.

Para él todos somos una misma cosa, aunque no nos demos cuenta. Por ello es que cree en que nuestros actos influyen en los otros y viceversa y que para descubrirlo es necesario meditar. Con ello podremos descubrir lo que es también el desapego, que significa el poder disfrutar de las cosas que se tienen sabiendo que puede disfrutarse de aquellas con las que no se cuenta.

En la parte final de su intervención Bucay subrayó el placer que brinda el ayudar a los otros, y lo consideró como parte de los derechos y obligaciones que tenemos como humanos, además del derecho a ser feliz y de hacer lo que uno pueda para que al menos una persona lo sea.

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