LLEGAR A LA NAVIDAD (75 % de colimenses, sin defensas contra COVID19)

TAREA PÚBLICA

Por: Calos OROZCO GALEANA

Les comento que el mundo está más convulso a raíz de la segunda y quizás hasta la tercera ola (en algunas regiones de Europa) de contagios del coronavirus. La humanidad está desconsolada  a pesar de que la ciencia ha apresurado sus trabajos y encontrado en un plazo muy corto la ansiada vacuna que devuelva la salud y la tranquilidad a millones de personas.

Acertadamente, gobernantes  europeos como Angela Merkel o Boris Johnson han ordenado   el cierre temporal de actividades productivas y negocios que por su naturaleza suponen riesgo de contagio e insistido en volver al confinamiento como al inicio de la pandemia. Eso es lo correcto.  Pero aún con ese afán protector de los gobiernos, no faltan  inconscientes alegando que el virus es un invento, que los cubre bocas no sirven para nada, y retan incluso a la muerte celebrando reuniones,  fiestas clandestinas y marchas  renunciando a cuidados mínimos que los protejan a ellos y  sus  familias.

Respecto a México, la pandemia no cede. Los contagios sobrepasan el millón 250 mil personas y las muertes se aproximan a las 120 mil. Las autoridades sanitarias, durante un tiempo,  minimizaron el uso de protecciones,  y hoy desestiman  incluso algo que ellas mismas definieron: el semáforo clasificado en color rojo, naranja, amarillo y verde diciendo que es intrascendente. Que “se está en alerta”.

Y para colmo, siguen las diferencias entre el poder central y algunos gobiernos estatales. Cada entidad acuerda y decide según su leal saber y entender. Hay lugares que, de forma increíble, pasan de un color  a otro en 48 horas aún cuando los contagios y las muertes aconsejan extremar precauciones por la gravedad de la situación. Se confirma así la posición del gobierno federal de no fastidiar a la economía para evitar la devaluación política del régimen. Presidente que se devalúa por crisis económica, presidente que pierde elecciones, estiman en Palacio Nacional.  Y entonces, el 2021 es más importante que todo.

Así las cosas, lo importante es que los mexicanos hagamos conciencia de la gravedad de la pandemia, principalmente este mes de posadas, fiestas y reuniones familiares.  La Iglesia católica, el gobierno federal, los estados y algunas organizaciones no gubernamentales,  despliegan campañas de prevención  con el fin de impactar en la población para que  establezca condiciones de cuidado. Muchos hospitales están repletos de enfermos de COVID19, (ya no hay cupo en muchos de ellos), los médicos y demás personal de hospitales están exhaustos, y aparte está siendo  muy doloroso el sufrimiento de quienes pierden a seres queridos. Esto último debería ser suficiente para comprender que el coronavirus está resultando más agresivo y mortal de lo que  esperaban los científicos.

Como es tiempo de reflexión, amigos lectores,  hagamos este mes causa común al interior de nuestras familias. El drama que estamos viviendo nos obliga a tomar en serio lo que verdaderamente vale, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor», advirtió en uno de sus mensajes últimos  el Papa Francisco, quien  llamó a vivir este momento de confinamiento y temor sin precedente en el mundo, sin desanimarse, sino volviendo a lo esencial y al servicio de los demás.

“Volver a lo esencial”, quiere decir volver al cuidado de la existencia propia y de nuestro prójimo,  valorar lo que tenemos,  estimar la grandiosidad de la vida,  vivir en una atmosfera de gratitud por los dones divinos recibidos todos los días,  ver en los demás a compañeros de viaje, no a enemigos. Examinar si nos domina aún el rencor o los resentimientos por malas experiencias,  perdonar setenta veces siete, o sea, siempre.  También comprende, esta afirmación, que hemos de cuidar la naturaleza, ser menos individualistas y más comunitarios.

A los que han perdido a familiares muy cercanos, mi solidaridad. En nuestra familia,  sufrimos también una pérdida que aún nos duele, y por ello deseo que en todos se genere una atmósfera de responsabilidad, de comprensión hacia los que sufren. No esperemos a que ocurra lo indeseable en nuestra casa para creer  en el mal y tengamos que arrepentirnos luego ante lo que no tiene remedio.

Respondamos con  dedicación a la multiplicidad de esfuerzos informativos de la Secretaría de Salud, cuya secretaria Leticia Delgado se esmera en comunicar a todos, por distintas vías,  las maneras en que podemos protegernos de los contagios. Valoremos también la invitación del presidente Amlo que solamente pide diez días ( que no son muchos), de cuidado absoluto para que los contagios no se vayan tan a la alza considerando las fiestas decembrinas. Igualmente, tengamos presente que, como especificó una Encuesta de Nacional de Salud y Nutrición, en Colima 75 por ciento de colimenses no tienen defensas contra Covid 19 pues no han desarrollado defensas naturales en su organismo.

Pasemos esta Navidad en paz con los nuestros más cercanos. Es lo más recomendable. Habrá tiempo después para desearnos  lo mejor y darnos los abrazos que queramos. Feliz Navidad a todos y un próspero año 2021; nos encontraremos si Dios quiere el 14 de enero.  Gracias a todos por sus atenciones y muestras de aprecio para mí, las cuales correspondo de igual modo  compartiendo con ustedes análisis, lo más objetivamente posible, de  los aspectos más relevantes de nuestro acontecer.