PARA PENSAR
Por: Carlos M HERNÁNDEZ SUÁREZ
La verdad, el subsecretario Gatell no deja pasar una bola, a todas les tira el swing. Probado está que el cubrebocas reduce la tasa de contacto efectivo y por lo tanto nada mejor que eso para aplanar la curva de contagios, y justo cuando esto se discute en el congreso del estado de Colima, suelta esa declaración.
La razón por la que se pretende obligar al uso del cubrebocas es la razón por la que existen las leyes mismas: por nuestra incapacidad de cuidarnos y cuidar a los demás.
Si los colimenses (todos) tuviéramos el conocimiento de cómo funciona la transmisión del virus que nos ocupa y además, eso nos convirtiera en individuos conscientes de nuestra salud y la de los demás, no habría necesidad de legislar nada, como no habría necesidad de poner avisos para disminuir la velocidad cerca de una escuela o un asilo.
Con esa lógica, atenta contra nuestros derechos humanos obligar al uso del casco en bicicleta o motocicleta, y ya encarrilados, dejemos de obligar el uso del cinturón de seguridad.
El cubrebocas protege a los demás, más que a ti mismo, así que hay mas sustento legal para obligarlo. Me gustaría que un día el subsecretario respondiera: “De eso no puedo comentar nada”. A cualquier pregunta. A alguna. La que sea. Podría haber dicho que ese tema es para los abogados, pero no, le tiene que entrar.
No conozco un solo científico que conozca un poco de la epidemiología del COVID-19 que niegue la importancia del uso del cubrebocas. Tal vez a los que viven de mostrar su rostro y tengan su grupo de seguidores les moleste que no puedan repartir belleza, pero no es mi caso. Me veo mejor con cubrebocas.
