LECTURAS
Por: Noé GUERRA PIMENTEL
Ayer domingo 10 de marzo el presidente López cumplió sus primeros 100 días al frente del ejecutivo federal solo superado por Fox, tiempo de gracia en el que Andrés Manuel ha transitado en caballo de hacienda con un alto nivel de aprobación respecto al arranque presidencial de los cinco últimos sexenios: el de Salinas, con un 57% de aprobación y un 29 en desacuerdo para el mismo periodo de aquel marzo de 1989; Zedillo, que tuvo un 42 y 38%, respectivamente en el primer trimestre de 1995; Fox, en marzo de 2001 con un 70 y 23%; Calderón, con el 59 y 35% en 2007; Peña, que en marzo del 2013 registró un 53 con un 35% y él, López, este mes, con un 67% de acuerdo con su ejercicio y un 28% en desacuerdo, según Consulta Mitofsky (www.consulta.mx), percepción que se refleja en el ámbito internacional y que presentan rotativos como 20 minutos, el influyente medio español que instala al mexicano en el primer lugar de una lista de 200 mandatarios como el mejor presidente a nivel mundial, por encima de Vladimir Putin, el presidente Ruso, que se ubica en el tercer sitio.
De dicho resultado se colige que hay aspectos que la mayoría no ve (o no quiere ver), mismos que como parte de este periodo retomo del resumen que en 10 puntos el 31 de enero publicó en Milenio Joaquín López Dóriga: “1. La violencia. Ahora debe caer en cuenta que aquello de que desde el 1 de diciembre esto iba a cambiar, es imposible. El mes pasado fue el más violento de que haya registro. 2. El bloqueo de 16 días al sistema ferroviario de Occidente que mantiene detenidas más de 2 millones de toneladas de mercancía de todo tipo, gasolina incluida. 3. Las huelgas en 48 maquiladoras en Matamoros, de las que quedan 28. En México no había una huelga desde hace ocho años. 4. El desabasto de combustible. 5. Reconocido el respaldo unánime en su lucha contra el robo de combustible, hay que reconocer los señalamientos por falta de una estrategia eficaz. 6. En el caso de las medicinas, posible escasez por el retraso en los permisos de la Cofepris y también el bloqueo de trenes. 7. El tema migratorio que se complica cada día con el arribo de más centroamericanos y, en los hechos, el funcionamiento de México como tercer país inseguro, lo que oficialmente se niega. 8. La débil inversión pública, privada y extranjera a la espera, éstas, de que despejen dudas. 9. El análisis del Fondo Monetario que identifica a México con incertidumbre. El análisis del subgobernador del Banxico quien ve una importante desaceleración en la actividad económica. 10. La posición mexicana, a contrapelo de la mayoría de las democracias del mundo, de seguir reconociendo la presidencia del dictador Maduro”.
A lo que habría que agregar otras acciones de impacto y algunas de ellas lesivas o, por lo menos, que ponen en entre dicho sus pronunciamientos a favor de la transparencia, la democracia y la justicia, como el accidente no esclarecido del matrimonio Moreno-Alonso, cuya escueta información hasta el momento no ha convencido; la nula detención de guachicoleros, ni de abajo ni de arriba, ningún detenido hasta ahorita; el manifiesto perdón a los cárteles del narco y del mismo guachicol, que literalmente han masacrado y siguen desangrando al país; su fracaso con el pretendido aeropuerto de Santa Lucía y la cancelación de lo que sería el nuevo aeropuerto en Texcoco, decisión que ya nos está costando a los mexicanos; el retraso en la radicación de recursos de programas bajo argumentos baladíes, como la revisión por sospecha de corrupción.
Otras decisiones que también han sido cuestionadas, son la intentada disminución presupuestaria a universidades públicas y a dependencias fundamentales como la de cultura o el conacyt y, para no creer, la cancelación de subsidios a organizaciones de la sociedad civil, también por supuestos; la anunciada desaparición de las estancias infantiles que afectaría no solo a las madres, sino que en efecto dejaría en el desempleo a miles de mujeres y en absoluta vulnerabilidad a millones niños, consecuencias que socialmente empezarán a impactar en el mediano plazo; eso, además de la integración de un gabinete que ha dado mucho de qué hablar, poblado de expriistas y expanistas, varios de ellos indiciados por él mismo; además de sus sorprendente cercanía y alianzas con gente a la que él denominó “la mafia del poder”, en la que se incluyen empresarios de cuestionables riquezas; estas, entre otras, que se opacan tras sus altos índices de popularidad, condición que, no debe olvidar el presidente, es volátil y que, de continuar con sus equívocos, puede perder antes de que lo imagine.