Estados Unidos.- “Este año, el mundo necesita que los jóvenes sigan manifestándose. Sigan pensando en grande, sigan traspasando los límites, y sigan ejerciendo presión”, consideró António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
En su mensaje de video para recibir el 2020, repasó algunos de los grandes desafíos que afronta el mundo al inicio del año nuevo, como la desigualdad persistente y el aumento del odio, la inseguridad, las guerras y el cambio climático, que se deja sentir ya y se ha constituido como la mayor amenaza a nuestro planeta.
“El cambio climático no es sólo un problema a largo plazo, sino un peligro claro y presente. No podemos ser la generación que escondió la cabeza en la arena mientras el planeta ardía”, enfatizó Guterres.
A la vanguardia de las causas justas
Pero en medio de este panorama también hay esperanza, una esperanza enarbolada por los jóvenes, dijo, y fue precisamente a ese sector de la población mundial al que dirigió sus palabras.
La juventud de hoy se encuentra al frente de la acción climática, de la lucha por la igualdad de género y de la justicia social y los derechos humanos, afirmó el titular de la ONU.
“Me siento inspirado por su pasión y determinación.”
Guterres consideró justa y razonable la exigencia juvenil de participación en la definición del futuro del mundo y apoyó esa demanda.
Agregó que las Naciones Unidas están del lado de los jóvenes y que, además, les pertenecen.
El próximo año la ONU cumplirá 75 años de haber sido creada para velar por la paz y la armonía mundial.
Para marcar la efeméride, la Organización inaugurará la Década de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un plan que busca alcanzar una globalización justa.
Guterres concluyó su mensaje con un deseo de paz y felicidad para el año que empieza y se sumó a todos los que le dan la bienvenida al 2020.
António Guterres ha apelado constantemente a escuchar a los jóvenes, sobre todo en la esfera de la mitigación y adaptación del cambio climático, donde los compromisos del Acuerdo de París, firmado en 2015, aún significan un aumento de 3.2 grados Celsius de la temperatura global con respecto a los niveles preindustriales. La meta es limitar esa alza a 1.5 grados.
No obstante este retraso, el Secretario General ha mantenido una actitud infatigable de optimismo, y ha asegurado que el aumento de 1.5 grados aún es posible puesto que las tecnologías necesarias para tal propósito ya están disponibles y la opinión pública está despertando en todas partes.
“Los jóvenes muestran un notable liderazgo y movilización”, ha insistido anteriormente en diversos foros. BP