Los mundos paralelos de los políticos y sus mentiras en Colima

APUNTES PARA EL FUTURO
Por: Essaú LOPVI

Si alguna vez han escuchado la frase ‘¡qué pequeño es el mundo!’, en Colima esa frase se queda corta. Aquí, podríamos adoptar unas de las frases icónicas de la serie alemana Dark: ‘va a volver a suceder’ o ‘todo está conectado’. Estamos atrapados en un bucle social que parece no tener fin.

El punto es que aquí, no se puede mentir sin que alguien ya lo sepa. Y esto se eleva a la N potencia con los dichos y hechos de los políticos.

En Colima, todo se repite y conecta con una precisión casi enfermiza. Ejemplo: Si tuviste una pareja, es altamente probable que algún conocido tuyo o de tus conocidos termine saliendo con esa misma persona. O tal vez tu próxima pareja será la ex de alguien que conoces o que ella conoce a alguien de tu círculo. Es como si en este estado, con apenas un poco más de 700 mil habitantes, la palabra «sorpresa» hubiera perdido su significado.

Este bucle no se limita a lo individual, también ocurre en lo político. Aquí, el político de la elección pasada, vestido de rojo, seguramente será el político guinda de hoy. Las mentiras que dijo uno, las dirá el otro; lo que negó uno, lo negará el otro. Y todos ellos tienen algún conocido en común contigo. Es un círculo vicioso del cual parece imposible escapar.

Para que en Colima nadie se entere de algo, no basta con no contarlo, ni siquiera deberías pensarlo. Aquí, cuando algo sucede, siempre hay alguien que te dirá: «ya lo sabía», «ya me lo habían contado» o «ya me había enterado» y quizás es más probable que te digan «yo estaba ahí» o «iba pasando por ahí».

En medio de este pequeño universo, hace días que venía pensado escribir sobre las ridículas situaciones del proceso electoral del 2024. Y no me refiero solo a lo inverosímil de los hechos, sino a que, con todo este contexto que les acabo de dar, estoy seguro de que-colimenses y de otros estados- ya saben  que en este estado es imposible que un político pueda ocultar una mentira.

Estimados lectores, si me hubieran entregado un listado de estos eventos antes del proceso electoral, me hubiera reído y no lo hubiera creído. No hubiera creído capaces a estos políticos de «aventarse este trompo a la uña».

Pues bien, pareciera que nuestros políticos locales decidieron que en esta elección 2024 la realidad es relativa, que se modifica con la autopercepción y que pueden comenzar un universo paralelo desde el momento que lo deseen.

Quizás se han tomado muy en serio que la autopercepción puede modificar la realidad y los hechos.

Así, tenemos políticos ciegos que ven, de un género distinto al suyo para acceder a una candidatura, otros que dicen haber vivido en un lugar distinto al mismo tiempo, mientras estaban en otro. Es decir, han viajado en el tiempo aunque nadie lo supo ni hubo registro físico. Tenemos candidaturas que llegan desde la derecha y en un par de horas afirman comulgar con el socialismo, y hasta se presentan como ofrenda para que incluso de ser necesario les tiren jitomates con la intención de que les crean que son de izquierda.

¿Para qué? Pues para poder participar como candidatos. ¿Por qué? Para obtener un salario fácil de tres años, en el supuesto de que ganen la elección.

Afortunadamente, el Tribunal Electoral del Estado (TEE) aún considera que la realidad y los hechos no están sujetos a cambios mediante la autopercepción y que aún no se prueban los mundos paralelos y se puede manipular el espacio – tiempo.

El TEE tuvo el valor de decirle a la candidata -Valencia- que no había vivido en el municipio que deseaba el tiempo que quería, que su residencia estaba en otro lugar y que las pruebas afirmaban que era imposible modificar el tiempo.

También, el TEE demostró a la candidata Moreno que se mantuvo cerca de su ahora ex partido todo el tiempo y que hay pruebas suficientes. Si me permiten este sarcasmo, no podía decir: ‘no era yo, me estás confundiendo’.

De igual manera el Órgano electoral, le dijo al candidato a diputado Rodríguez que se autopercibía casi ciego -para acceder a candidatura por cuota de grupos vulnerables-, que sí podía ver y que en este caso, la autopoercepción no modificaba su realidad.

Y el más ridículo de todos, el TEE le comprobó a un candidato que no era posible viajar en el tiempo y haber vivido en el estado desde hace cinco años cuando apenas pudo acreditar más de un año, lo reitero, esta mentira en el estado donde todo se sabe.

Es decir el TEE no tuvo elementos probatorios sobre la teoría de mundos paralelos ni viajes en el tiempo en esta misma tercera dimensión, lo cual enterró las aspiraciones del candidato emecista Alamillo.

Además, la realidad y los hechos han puesto en aprietos a la candidata López que, de la noche a la mañana, se convirtió en amante de la izquierda y la justicia social para poder llevar la bandera en su campaña y ha batallado para convencer a los fieles de la 4T en Colima, de que siempre ha compartido su ideología.

Aunado a eso, inmerso en este bucle social, tenemos al eterno candidato Morán que una y otra vez aparece cada tres años como una secuela de Dark, ‘va a volver a aparecer’.

Pero insisto, en un universo social como el de mi tierra, es muy temerario, por decirlo menos, intentar modificar la realidad cuando es suficiente pensar algo para que ya lo sepa alguien.

Así que esto debería quedar como apuntes para el futuro de los próximos candidatos políticos, para que, una vez terminada la votación del 2 de junio del 2024, analicen de una vez qué van a decir o hacer para conseguir un puesto de candidatos a algún cargo de elección popular. Mientras tanto en Colima, el eterno retorno y cruce de lo mismo sigue su curso.