En Malí, en el mes de marzo, un grupo de oficiales ejecutó el golpe de Estado contra el presidente, Amadou Toumani Toure, en pleno proceso electoral. Toumani Toure se ha refugiado en Senegal. Al calor del golpe y del trasiego de armamento que ha propiciado la revuelta en Libia, rebeldes tuaregs lanzaron una ofensiva militar en la que se adueñaron de la mayor parte del norte del país, para declarar la independencia. Pero también Al Qaeda aprovechó el descontrol para afianzarse en la región. En Guinea Bissau, los soldados detuvieron al ex primer ministro Carlos Gomes y al presidente interino, Raimundo Pereira, y abortaron los comicios previstos para el 12 de abril.
ECOWAS espera que en ambos países puedan celebrarse elecciones en el plazo de 12 meses e instó a los golpistas a liberar a todos los detenidos. «Los jefes de Estado y de Gobierno han decidido tomar todas las medidas necesarias para asistir a Malí en el restablecimiento de su unidad e integridad territorial», dice la declaración de ECOWAS, que ha ordenado «comenzar un despliegue inmediato de las fuerzas de ECOWAS». También anunció el envío de tropas a Guinea Bissau.
Aunque no precisaron, las fuerza en Malí podrán ascender a entre 3.000 y 5.000 soldados, según una fuente diplomática europea.
En Guinea Bissau, el comando militar golpista anunció la semana pasada un Gobierno de transición para organizar elecciones en 2014, pero Naciones Unidas, la Unión Africana y ECOWAS rechazaron esa propuesta. Esta última organización dijo que se enviarán casi 650 soldados a Guinea Bissau, que ha tenido varios alzamientos militares desde su independencia en 1974, para que las autoridades civiles regresen al poder.
Con información del País