JALISCO.- Después de que el colectivo Guerreras Buscadoras realizara una visita a un rancho ubicado en el municipio de Teuchitlán, en la región Valles de Jalisco, se descubrió que el sitio, asegurado por la Fiscalía del Estado hace diez meses, había sido reactivado por presuntos criminales.

Los hechos ocurrieron este jueves, luego de que el colectivo de madres buscadoras recibiera una denuncia anónima alertando que en este lugar se cremaban cadáveres y operaba como un centro de entrenamiento para sicarios, presuntamente vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación.

La fundadora de la asociación, Indira Navarro, explicó en sus redes sociales que el hallazgo resultó impactante, ya que, a pesar de haber sido asegurado por las autoridades, los cuidadores del rancho reanudaron sus actividades ilícitas.

«Cabe destacar que aquí era una finca de adiestramiento y donde se abren estos espacios se están encontrando crematorios. Lamentablemente, así es como estamos localizando esta situación, pues es muy delicada. Al parecer, hacían los pozos, quemaban y luego los tapaban de nuevo. Así es como estamos hallando los restos óseos», declaró Navarro.

Entre las piezas calcinadas, el colectivo identificó fragmentos de cráneo, molares, placas dentales y dientes. También se encontraron varios casquillos de diferentes calibres y un espacio habilitado como campo de entrenamiento.

Por su parte, el fiscal del estado, Salvador González de los Santos, confirmó que el sitio estaba asegurado desde el 19 de septiembre de 2019, cuando un operativo militar logró la detención de 10 sujetos y la liberación de dos personas privadas de la libertad. Sin embargo, con el paso de los meses, la vigilancia policial se retiró y solo quedaron los sellos de clausura.

«Lo que pasa es que es un predio bastante grande. Si recuerdan, en aquel entonces hubo 10 detenidos y se liberaron a dos personas. Se realizó la búsqueda en distintas partes del rancho y se encontraron algunos restos, pero no se pudieron procesar todas las hectáreas. El colectivo tenía información de que aún había restos y los encontraron», explicó el fiscal.

Desde hace más de una década, en municipios como Tala, Etzatlán y Ahualulco de Mercado, el crimen organizado ha utilizado estos sitios en la región Valles como escuelas de sicarios y casas de exterminio, donde las víctimas son sepultadas clandestinamente o carbonizadas para desaparecer cualquier rastro.

Tras el reciente hallazgo, elementos de la Guardia Nacional resguardaron nuevamente el sitio, mientras peritos en criminalística recolectaron fragmentos óseos y otros restos incinerados para su análisis.

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