EEUU.- Los senadores estadounidenses Marco Rubio y Rick Scott enviaron una carta al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, resaltando su decepción tras declaraciones del presidente durante las festividades del día de la independencia de México, donde el Presidente López Obrador invitó a Nicolás Maduro y Miguel Díaz Canel.
En su carta, los senadores resaltaron:
“Como senadores del estado de la Florida, representamos a una gran comunidad de mexicanos, venezolanos y cubanoamericanos. Su reciente decisión de recibir a Maduro y Díaz-Canel durante las celebraciones del Día de la Independencia de México ha disgustado a muchos miembros de estas comunidades”.
“México es signatario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 2000, que estipula que los países signatarios cooperarán en materia de extradición de delincuentes,” los senadores continuaron.
“Como usted conoce, el 26 de marzo de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) acusó formalmente a Maduro de participar en una conspiración de narcoterrorismo y de conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos….Como tal, Maduro debió haber sido extraditado a los Estados Unidos para enfrentar un juicio por estos cargos tan pronto como pisó suelo mexicano.”
Rubio es el Miembro de Más Alto Rango del Subcomité sobre Hemisferio Occidental, Crimen Transnacional, Seguridad Civil, Democracia, Derechos Humanos y Asuntos Globales de la Mujer.
A continuación la carta que enviaron al presidente de México:
Estimado presidente Andrés Manuel López Obrador:
Le escribimos para expresar nuestra decepción tras sus recientes acciones y declaraciones, las cuales son incompatibles con los valores democráticos que tanto apreciamos. Tenemos entendido que usted busca servir como mediador entre los líderes de diversos países de América Latina quienes representan diversos puntos de vista y creencias. No esperaríamos menos del líder de un país democrático tan trascendente como México. Esperamos que su decisión de recibir al narco-dictador Nicolás Maduro y al títere de la dictadura cubana Miguel Díaz Canel no sea indicativo de un alejamiento de los principios de su país en el respeto por la democracia y la libertad.
Como senadores del estado de la Florida, representamos a una gran comunidad de mexicanos, venezolanos y cubanoamericanos. Su reciente decisión de recibir a Maduro y Díaz-Canel durante las celebraciones del Día de la Independencia de México ha disgustado a muchos miembros de estas comunidades. Por más de seis décadas, los hermanos Castro y ahora Díaz-Canel, han oprimido al pueblo de Cuba.
El régimen impide que los cubanos elijan a sus líderes democráticamente, sean dueños de propiedades privadas, expresen sus puntos de vista libremente, accedan al Internet y participen en empresas privadas. Las históricas protestas que estallaron el 11 de julio en la isla de Cuba fueron una reacción enfática en contra de este régimen, no en contra de la política estadounidense. Para usted, como presidente electo democráticamente por el pueblo de México, el optar por otorgarle legitimidad a este régimen antidemocrático es una falta de respeto a la lucha del pueblo cubano por su libertad y también opaca el simbolismo histórico del Grito de Dolores.
De igual manera, nos decepciona que haya recibido a Maduro y haya derogado los compromisos internacionales de México para abordar el crimen organizado transnacional. México es signatario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 2000, que estipula que los países signatarios cooperarán en materia de extradición de delincuentes. Como usted conoce, el 26 de marzo de 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) acusó formalmente a Maduro de participar en una conspiración de narcoterrorismo y de conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos.
Según la evidencia recopilada por el Departamento de Justicia de EE.UU. Maduro supervisó un cartel que traficaba drogas ilícitas a través de nuestros dos países. Como tal, Maduro debió haber sido extraditado a los Estados Unidos para enfrentar un juicio por estos cargos tan pronto como pisó suelo mexicano. Por décadas, nuestros países han cooperado contra el nefasto tráfico de narcóticos que destruye comunidades en ambos lados de la frontera. Como parte de esa cooperación, México ha sido supremamente receptivo en la extradición de otros criminales involucrados en estos delitos. El narco-dictador Nicolás Maduro no debía ser la excepción.
Es con el más profundo respeto por el pueblo de México y los valores democráticos del país que lo instamos a tomar medidas al respecto. Nuestros países se han beneficiado mutuamente de muchas décadas de estrecha cooperación y hermandad. Estamos listos para ayudarle a tomar estas medidas y profundizar aún más la relación entre México y Estados Unidos.