Manifestantes queman figuras de Peña y Mario afuera de Palacio de Gobierno

Colima.- “¡Mátalo!”, exigía la multitud que se congregó afuera del Palacio de Gobierno luego de marchar por la ciudad de Colima. Era la misma muchedumbre que antes le había gritado “¡asesino!”.

Los gritos se dirigían a una figura del presidente Enrique Peña Nieto hecha con papel y cartón: los manifestantes se la aventaron entre ellos, le brincaron encima, le cortaron la cabeza y luego le prendieron fuego.

La misma suerte corrió una figura del gobernador Mario Anguiano Moreno ataviada con el traje del vaquero Woody, protagonista de las películas Toy Story, con la cabellera adornada con una línea de canas a cada lado.

Los gritos de “¡Mario, cobarde, Colima está que arde!” estallaron al momento de encender el muñeco que representaba al mandatario estatal, y sus cenizas se hicieron una sola con las de la figura de Peña Nieto.

Con el inicio de las fiestas guadalupanas de fondo, cientos de colimenses reunidos en el corazón de la capital del estado manifestaron su rechazo a los gobiernos estatal y federal, y exigieron justicia por el caso de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos hace más de dos meses.

Los manifestantes marcharon por varias calles y avenidas de la ciudad de Colima, desde las instalaciones del Isenco localizadas en Avenida de los Maestros hasta el jardín Libertad, gritando consignas de revolución y ondeando banderas de México.

Unos jóvenes marcharon amordazados y portando playeras con inscripciones sobre los 43 normalistas de Ayotzinapa y otros incidentes violentos en los que han estado involucradas las fuerzas del Estado: el fusilamiento de presuntos secuestradores a manos del Ejército en Tlatlaya, Estado de México, este año; la matanza de indígenas en Acteal, Chiapas, en 1997; y la represión contra los opositores a la construcción de un aeropuerto en Atenco, Estado de México, en 2006.

Mientras las figuras seguían ardiendo, los manifestantes encendieron veladoras colocadas de tal forma que enmarcaban el número 43. Entonces, durante un minuto se ahogaron los gritos de «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!», sustituidos por un tenso silencio.

El espíritu de los aspirantes a maestros rurales presuntamente asesinados y quemados estuvo presente tanto en la marcha como en el acto final afuera de Palacio.

Desde el equipo de sonido que arengaba a los manifestantes se hizo una especie de pase de lista, pero en lugar de nombres gritaron números, del 1 al 43; al final del conteo, la multitud gritó, como una sola voz: “¡Justicia!”.

La movilización en la capital del estado formó parte de la Acción Global por los estudiantes desaparecidos, que replicó marchas y manifestaciones en varios estados de México y en otros países.

Los ejes de la movilización internacional fueron cinco: el reconocimiento de que la desaparición fue perpetrada por el Estado, la presentación con vida de los 43, la renuncia de Enrique Peña Nieto a la Presidencia, el cese de la represión practicada por las autoridades, y la libertad inmediata de los presos políticos y la cancelación de los procesos penales contra integrantes del movimiento social.

Durante las casi dos horas que duró la marcha, la multitud se comportó pacíficamente, como si reservara toda su carga de rabia hasta el final del acto, hasta la quema de las figuras.

Un sector de la población de Colima mostró su hartazgo, y al final, cuando se lanzaron globos de cantolla, los manifestantes hicieron suya la esperanza oculta en el lema que suele acompañar marchas de este tipo: “El pueblo unido jamás será vencido”.

{ppgallery}galerias/marchaayo0112{/ppgallery}

Derechos Reservados AFmedios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí