Colima.- De acuerdo al diputado local Marcos Daniel Barajas Yescas, presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Congreso del Estado de Colima, Manzanillo y Cuauhtémoc son los municipios con mayores índices de trabajo en menores.
“En Cuauhtémoc vemos niños traídos de otros estados trabajando en la agricultura y en Manzanillo, en la zona del corredor V. Carranza, Los Reyes, San Buenaventura, donde se llevan los niños al campo”.
El legislador explicó que el modelo económico actual está generando pobreza en todos los sentidos, y esto obliga a los padres a mandar a sus hijos a buscar empleo a temprana edad, e incluso propicia que haya quienes aprovechan para explotar a los niños y niñas.
“Este es un tema que se debe discutir en el Foro para la nueva Ley de la Niñez colimense, debemos crear un marco legal que salvaguarde su integridad, dada la situación que prevalece en varias zonas del estado”, dijo en entrevista con AFmedios.
Panorama nacional
A pesar de que en años recientes se presentaron diversas iniciativas legales para erradicar el trabajo infantil, en los hechos existen millones de niñas y niños que laboran en condiciones riesgosas o sin pago alguno.
Así lo advirtieron los participantes en el foro Los rostros del trabajo infantil en México.
Nashieli Ramírez, coordinadora general de la organización Ririki Intervención Social, indicó que se lanzaron gran cantidad de proyectos para terminar con la explotación de menores de edad pero ninguno ha logrado terminar de manera real con este fenómeno.
“Hemos visto mucha infraestructura y arreglos institucionales, pero aún tenemos a muchos niños trabajando en labores peligrosas. Una tercera parte de ellos trabaja en la agricultura, que es una actividad pesada y riesgosa, donde hay jornadas de más de 12 horas, se requiere de mucha fuerza y están expuestos a fertilizantes y químicos, subrayó la especialista”.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2013, en el país hay alrededor de 3 millones de niñas y niños que trabajan en diversas actividades, sobre todo en el campo, la minería y el comercio informal, pero se calcula que puede haber un millón más de infantes en dichas condiciones, indicó.
A ellos habría que sumar a los 30 mil menores que realizan diversas funciones para grupos del crimen organizado –muchos de manera forzada– en muchas partes de la República, pero sobre todo en Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa y Michoacán.
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