Maritza Buendía, Premio Bellas Artes de Narrativa Colima 2024 por “Cielo cruel”

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) y la Universidad de Colima (UdeC), anunciaron que la narradora y ensayista Maritza Buendía ha sido galardonada con el Premio Bellas Artes de Narrativa Colima 2024 por su obra “Cielo cruel”.

El jurado, conformado por el narrador Vicente Alfonso, el docente de la UdeC, José Alberto Llanes y la narradora Dahlia de la Cerda, destacó la “aparente sencillez” de la novela, la cual se sustenta en “un andamiaje completo que entrelaza tres tiempos distintos, con personajes que encaran conflictos diferentes, pero cuyo eje es la constante lucha que implica el libre ejercicio de la sexualidad”.

Para Maritza, “recibir un premio de literatura por una novela que busca una propuesta estética”, la llenó de satisfacción y esperanza, “pues vivimos en un país con pocos lectores y con una industria editorial muy compleja, ya que se busca la novedad y el impacto en las redes, lo que, en ocasiones, va en detrimento de lo literario”.

“Cielo cruel”, contó, es una novela generacional que narra el descubrimiento del deseo en tres mujeres. El anhelo de conocer el mar es para Mar, la hija, un punto de encuentro entre la pasión y la lucidez de un despertar sensual. Sus días transcurren en un poner a prueba su supuesto nombre de villana, destino que busca quebrantar al lado de Alejo, un hombre menor que ella y que la hace enfrentarse a sus miedos más profundos.

Agregó que “entrelazándose a ello, Gloria, la madre, transgrede el sentido bidireccional del matrimonio para crear su propio sistema amatorio, donde busca convivir, en un mismo tiempo, tanto con su esposo como con su mejor amiga”.

Por último, explicó, “a partir del recuerdo y de la recreación de episodios violentos (la trágica muerte de su hermana, la persecución de maestros durante el tiempo posterior a la Revolución Mexicana), la abuela Belén muestra la fortaleza de una mujer que sabe amarse a sí misma y que no precisa a un hombre para alcanzar la plenitud”.

De acuerdo con el jurado, la obra trasciende los clichés del retrato erótico al incluir pasajes amargos de la historia nacional, como la tortura, la violación, la mutilación y el asesinato de maestras rurales durante la cruzada vasconcelista.

¿Cuál es la importancia de visibilizar estos hechos? La autora responde: “Me parece que hay una diferencia vital entre novela erótica y literatura erótica. La primera, no necesariamente busca una propuesta artística; la segunda, sí”.

“En lo personal -agregó-, estoy convencida de que construir una novela en torno al cuerpo y sus deseos implica abordar a los personajes de raíz, pues su historia de vida surge desde sus matices más íntimos”.

En este sentido, dijo, “me pareció vital el rescate de episodios dolorosos de nuestra historia, con el afán de contextualizar la violencia que enfrenta la abuela Belén y que la convierten en un personaje fuerte y decidido, pero también con el anhelo de que el lado oscuro de nuestra historia no se olvide”.

Para terminar, la autora puntualizó que la literatura puede ser una buena herramienta para evidenciar avances (o retrocesos) en materia de derechos e identidad sexual en nuestro país, así como para refrescar temáticas que no pueden seguir siendo tabúes.

También es esencial, dijo, “para aventurarse en el uso de un lenguaje que, sin olvidar su carácter estético, apueste por una literatura sin miedo a las palabras, por una visión de mundo que invite al lector a recuperar su lado humano y ser tolerante a la diferencia”.

Maritza M. Buendía (Zacatecas, México), es doctora en Literatura por la UAM-Iztapalapa. Autora de las novelas “Cielo cruel” y “Jugaré contigo”, ambas publicadas en Alfaguara. Es Premio Nacional de Literatura “Gilberto Owen” con “Tangos para Barbie y Ken”; Premio Bellas Artes de Ensayo Literario “José Revueltas” con “Poética del voyeur, poética del amor. Juan García Ponce e Inés Arredondo”, y Premio Nacional de Cuento “Julio Torri” con “En el jardín de los cautivos”.

Fue becaria del Fonca, Jóvenes Creadores y de la Fundación para las Letras Mexicanas. En 2019 fue seleccionada para integrar “Al ruedo. 8 talentos mexicanos”, organizado por la FIL Guadalajara. En la actualidad es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y profesora investigadora en la Universidad Autónoma de Zacatecas.

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Boletín

Investigadora de la UdeC integrará comisión
de la Academia Mexicana de Ciencias

*La Dra. Alejandra Pita formará parte de la Comisión de Membresías, en el área de ciencias sociales y humanidades de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), para el periodo 2024-27.

Por votación, la profesora investigadora Alexandra Cristina Pita González fue electa para formar parte de la Comisión de Membresías, en el área de ciencias sociales y humanidades de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), para el periodo 2024-2027.

Este nombramiento se lo hizo saber el Dr. José A. Seade Kuri, presidente de la AMC. La labor de la Dra. Alexandra Pita será evaluar las solicitudes de ingreso a dicha Academia.

Pita González es miembro de la AMC desde que ganó, en 2012, el premio como Joven Investigadora (“éste es el premio máximo que da la Academia”, dijo en entrevista). Luego entró como miembro permanente.

Explicó que la Academia tiene distintas comisiones: una que da los premios (donde ya estuvo), otra que acepta o no a los nuevos integrantes (donde estará ella) y una más de derechos humanos.

De acuerdo con su sitio web, la Academia “es una asociación civil independiente y sin fines de lucro, integrada por científicas y científicos de destacadas trayectorias académicas, en todos los campos de las ciencias exactas, naturales y sociales, así como de las humanidades y las ingenierías, que laboran en diversas instituciones del país y del extranjero”.

Su misión “es propiciar el desarrollo de la investigación científica en México” y lograr que dicha investigación “se haga siempre en beneficio de la sociedad y en la preservación del ambiente, cuidando también que la actividad científica se norme por los principios éticos del bien común”.

Este reconocimiento, dijo Pita González, “implica trabajo y sobre todo mucha responsabilidad, porque hay que revisar currículums, además de investigar más para poder dar un juicio correcto y saber si esa persona es adecuada o no para ser una integrante de la academia”.

En la nueva encomienda, que se suma a su trabajo como investigadora, le será de gran importancia “conocer la situación y problemas que está atravesando no sólo la AMC, como máximo organismo científico en el país, sino también la vida académica en México, porque es difícil emitir juicios para darle a alguien el ingreso a la Academia o no”.