El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, llegó a la capital afgana en forma imprevista el miércoles horas antes de que varios cohetes pequeños explotaran en y alrededor del aeropuerto de Kabul, dijo la policía.
No había reportes de víctimas ni daños en el ataque, cuya responsabilidad se atribuyó el grupo militante Estado Islámico.
La visita de Mattis tenía lugar después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva estrategia para Afganistán que involucra una campaña militar reforzada contra los insurgente talibanes, que han ganado terreno en su búsqueda por restablecer la ley islámica tras su derrocamiento en 2001.
Mattis ha dicho que Estados Unidos enviará 3.000 soldados adicionales a Afganistán para ayudar a entrenar a fuerzas de seguridad afganas que combaten contra los talibanes y otros grupos militantes.
Hay unos 8.400 soldados estadounidenses en Afganistán, la mayoría de ellos asesorando a fuerzas afganas, pero algunos están involucrados en operaciones contra los talibanes.
Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por las explosiones en el aeropuerto, dijo la agencia de noticias del grupo, AMAQ, y agregó que “infiltrados” usaron cohetes SPG-9 y proyectiles de mortero.