Hace un año, México festejó con bombo y platillo el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, sin embargo resulta imposible de creer que apenas en esta fechas se esté oficializando la propiedad de Palacio Nacional para nuestro país.
Como suelen ser la ironías en México, aquí no existe nada imposibles de suceder, aunque si lo sea de creer, sin irnos tan lejos, en junio del 2002, fue otorgada la marca registrada de la Virgen de Guadalupe al ciudadano chino Wu You Lin, por 2 mil 400 pesos mexicanos.
El caso de Palacio Nacional, por lo menos fue favorable para los mexicanos, ya que pasó a ser legalmente de México, luego de que el gobierno de España cedió oficialmente el acta certificada de compraventa del edificio, antes conocido como Palacio Virreinal, a diplomáticos mexicanos en Madrid.
El titular del Archivo General de Protocolos Notariales de Madrid, Emilio Barroso, entregó el acta de 11 páginas —en perfecto estado de conservación— a la encargada de negocios de la embajada de México en España, Francisca Méndez, según un reporte de la agencia Notimex.
“Se documenta el título de propiedad del Palacio Nacional, antes Palacio Virreinal, con todo el simbolismo que significa para la historia mexicana”, dijo el director del Instituto de México, Jaime del Arenal, en entrevista con la agencia.
La recuperación del documento surgió de una solicitud que formuló el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales a través de la embajada mexicana en España para buscar el acta en el Archivo General de Indias español.
“Obviamente esta propiedad acredita en favor de la corona española, pero con lo que se derivó a partir de la Independencia de México, estos bienes pasaron a ser propiedad del gobierno mexicano”, dijo Del Arenal.
El experto explicó que la propiedad originalmente pertenecía al Marqués del Valle, Martín Cortés, hijo del conquistador Hernán Cortés, quien la vendió al rey español Felipe II. La venta del predio se realizó en Madrid, el 20 de enero de 1562, transacción atestiguada por el notario Cristóbal de Riaño.
Ni la primera Audiencia de México de 1527, ni el Virreinato de México establecido entre 1531 y 1532 tenían una sede, por lo que tras la compra que ordenó el rey Felipe II se edificó el Palacio Virreinal. Finalmente, con la independencia mexicana de 1821, el edificio fue declarado como Palacio Nacional de México, aunque el país no contaba con el documento de posesión.
Con información de CNNMéxico.com
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