Mtro. Florencio Llamas Acosta
Federico ejemplo de congruencia
Una de las enfermedades de la política moderna es la perdida creciente de la credibilidad de los políticos ante los ciudadanos, pues la desfachatez, la mentira y la incongruencia entre el decir y el hacer son las principales causas de este mal.
Con la creencia de que el fin justifica los medios, y que “una mentira dicha mil veces se convierte en verdad”, muchos políticos no valoran su palabra y piensan que los dichos y los hechos habitan en dos mundos diferentes, por eso, sin recato les resulta fácil actuar de forma contraria a lo que pregonan con la idea que la población ni se da cuenta.
Sin embargo como dice el filósofo francés Michel Foucault, la verdad se encuentra entre lo que se dice y lo que se mira, y para los electores, cada vez más atentos al desempeño de los políticos, critican y cuestionan el engaño que ofende su inteligencia, pues para estos, la congruencia es sinónimo de verdad y respeto.
En este escenario electoral colimense, hemos sido testigos de muchos actos de incongruencia en donde las ambiciones políticas personales están por encima de convicciones políticas e ideológicas, panistas emigrando a otros partidos, perredistas como chapulines brincando al PAN y algunos cuadros del PRI buscando nuevos horizontes como la tecomense Eloisa Chavarrias Barajas quien habiendo gozado de candidaturas y siendo funcionaria de la secretaría de desarrollo social del gobierno del estado, renuncia para ir de candidata del PAN por el segundo distrito federal.
En esta avalancha de deslealtades, traiciones y falsedades, un ejemplo sin lugar a dudas de congruencia política y de institucionalidad partidista, en este proceso electoral 2015, ha sido la del profesor Federico Rangel alcalde de la capital y aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura, quien prefirió en un acto de ética y madurez política contener sus legitimas aspiraciones en lugar de emigrar a otro partido, aun a sabiendas de que con su amplio capital político gustosos cualquier instituto político lo hubieran recibido para que encabezara la candidatura.
Con esa ecuanimidad del político correcto y para acabar de tajo los rumores expandidos en la opinión pública de que Fede se iba a otro partido, el domingo 22 de febrero con su acostumbrada sonrisa y cordial saludo, en su calidad de delegado se presentó a la asamblea estatal y votó para que Nacho Peralta fuera electo por unanimidad como candidato del PRI a la gubernatura dando muestras de congruencia y lealtad.
En política también se gana perdiendo y en este sentido el alcalde capitalino perdiendo la candidatura al mantenerse dentro de su partido gana congruencia y credibilidad, gana simpatías y respeto, tanto de los actores políticos como de los electores, ¿O usted como lo piensa?