10 días de campaña
Por: Mtro. Florencio Llamas Acosta
Las campañas políticas son guerras de imagen en la que los candidatos hacen un doble esfuerzo, primero en construir la mejor imagen que se ajuste a las expectativas del electorado con el propósito de seducir y ganarse el respaldo electoral, de ahí que cada aspirante busca la mejor foto para los espectaculares, el mejor slogan, los mejores mensajes en los discursos, organizar los mejores eventos y diseñar la mejor estrategia de marketing y de comunicación.
El segundo esfuerzo es mostrar a los votantes las debilidades de los oponentes, desacreditándoles, desprestigiándolos y desgastando su imagen con el objetivo de disuadir el voto. En este sentido quien mejor logra construir y vender su imagen, mostrando sus fortalezas y señalando las debilidades del oponente es el que alcanza el triunfo electoral.
En el ámbito local en la competencia por la gubernatura, esto 10 días de campaña ya se visualiza las estrategias de construcción de imagen y los medios utilizados para tal propósito.
Su historia de vida, su trayectoria profesional y política, su perfil partidista y el contexto son elementos que los candidatos han venido manejado tanto en eventos como en declaraciones a los medios y redes sociales.
El caso del candidato del blanquiazul Jorge Luis Preciado, sabiéndose abajo en las preferencias electorales, sin una muy buena imagen pública entre los colimenses y siendo el PAN la segunda fuerza política del estado, ha buscado remontar estas diferencias utilizado bastante dinero de la campaña para aparecer en todos los medios disponibles y posicionar su marca, su nombre y sus slogans de campaña, tanto que de verlo hasta en la sopa, ya empiezan a criticarlo.
En esta estrategia de comunicación ofrece la imagen de un candidato del pueblo y aprovecha su historia de éxito para venderse como el candidato de los pobres, del niño humilde que logra llegar a los grandes cargos, de ahí su frase “desde abajo con trabajo”.
De igual forma, como oposición critica al gobierno con la frase “alégrate, ya se van”. Con una estrategia populista, los eventos realizados buscan acercarse mayoritariamente a los segmentos de bajo nivel socioeconómico o gente trabajadora, de la misma forma se le ha difundido, pegando calcas, en reuniones con jóvenes, con mujeres, visitando ramaderos, pescadores y colonias populares.
El caso de Nacho Peralta, el mejor posicionado en las preferencias electorales y representando al partido en el gobierno, es visto como un hombre preparado, bien relacionado y respaldado por el gobierno de la república.
Pero además el candidato del PRI ha venido construyendo una imagen de hombre honesto, responsable en el manejo de los recursos públicos, integro, sencillo en su trato y humano, con esta imagen, busca distanciarse del típico priísta que se le cuestiona por su forma de hacer política y de ejercer el poder.
En este sentido Nacho sin un discurso populachero ha procurado tener el mayor contacto con la gente aprovechando la capacidad de organización de los priístas y en sus declaraciones a dejado claro que su campaña será austera, apegada a la ley, se ha manifestado a favor de la transparencia y rendición de cuentas, así como el manejo escrupuloso de los recursos públicos, asumiendo el compromiso de que no se permitirá el enriquecimiento inexplicable de los funcionarios de su gobierno.
El reto de Nacho en el resto de la campaña es no cometer errores que desprestigien su imagen para continuar en las preferencias del votante.
En el caso de Leoncio Moran ha venido construyendo desde su separación del PAN como un candidato de la ciudadanía, ha utilizado las tecnologías de la información para vender su imagen y propuesta política. De Martha Zepeda candidata del PRD hay poco que decir, pues creo que esta convencida de que no tiene posibilidades de ganar, no ha cuidado ni aprovechado su condición de mujer para conquistar el voto femenino.
De los demás candidatos seguiremos comentando en los próximos mitotes que al fin y al cabo las campañas apenas inician y en el transcurso pueden presentarse sorpresas, ¿O usted cómo lo piensa?