Por: Héctor Romero Fierro
Hace varios años por nuestro domicilio profesional, estábamos condenados a contratar, para gozar de un paquete que incluyera televisión, internet y telefonía, a una compañía de Guadalajara que era la única que proporcionaba ese multiservicio, que nos prestó pésimo servicio durante el tiempo que fuimos sus clientes.
Afortunadamente después llegó una compañía que nos ofreció mejores condiciones y nos cambiamos con ellos y durante dos años, debo reconocerlo, nos brindaron un servicio excelente, pero para nuestra mala suerte nos enteramos por una revista de negocios que (nuestra proveedora) anunció este jueves que venderá su negocio de fibra óptica del segmento masivo a una (Mega) compañía de cable en mil 150 millones de pesos.
El segmento masivo corresponde a las ciudades de León, Puebla, Toluca, Guadalajara y Querétaro. Con esta transacción, efectiva al 1 de mayo de 2019, (nuestra proveedora) transfirió a la compradora 55 mil clientes residenciales y micronegocios, mil 370 kilómetros de red de fibra óptica y otros activos relacionados con la operación del segmento masivo en estas ciudades, desafortunadamente entre esos 55 mil estamos incluidos.
Resulta que los últimos tres días, sin aviso alguno, nos cortaron los servicios, por lo que intentamos comunicarnos a los teléfonos de reporte de fallas de la compañía que ahora nos atenderá, situación imposible ya que te dejan en la línea durante más de 50 minutos en cada llamada y ya que te atienden, simplemente sin motivo alguno te cortan.
De este pésimo trato al consumidor deben tomar nota, tanto la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (ITF), como la Procuraduría de Defensa del Consumidor, ya que al permitir un cuasi monopolio de este servicio se genera una terrible afectación al consumidor, pues los operadores son sumamente prepotentes con los usuarios.
El día de ayer de plano nos tuvimos que salir a buscar a un técnico de la nueva compañía a pedirle ayuda y este amablemente se comunicó (a él sí le contestaron de inmediato) a su central y le autorizaron a cambiarnos el módem e instalarnos el servicio de Internet, (técnico, por cierto amable y comedido), posteriormente tuvimos que volver a marcar y se nos volvió a dejar más de una hora en la línea para que nos ajustaran a la velocidad contratada.
Al momento de escribir estas líneas aún no nos restablecen los servicios de telefonía y TV a pesar de que hemos realizado múltiples reportes, permaneciendo nuevamente horas en la línea, sin que resuelvan la negligente falla.
La solución a esto es muy sencilla, autorizar a Telmex a brindar el servicio llamado “triple Play” (televisión, internet y telefonía) y que sea el consumidor quien decida con qué compañía contratar, servicio que no le permiten prestar a la vieja telefónica supuestamente por ser preponderante en el mercado, provocando que la compañía, verdaderamente preponderante en los servicios de cable, crezca exponencialmente arrollando al consumidor, y prestando un pésimo servicio, sin que ninguna autoridad proteja al consumidor cautivo.
¿Cuándo las autoridades tutelarán los derechos del consumidor verdaderamente?
hromerof@correduria58.com
