Colima.- En los hogares en los que hay mujeres que sufren violencia a manos de sus parejas, muy probablemente habrá hijos maltratados, asegura Clementina Nava Pérez, coordinadora de comunicación del Centro de Apoyo a la Mujer Griselda Álvarez (CAM).
“Las mujeres asumimos un rol de sumisión contra el hombre, pero cuando tenemos la oportunidad de ejercer la violencia, también podemos hacerlo con los que están más débiles y vulnerables que nosotras: los niños”, explica.
En entrevista con AFmedios, Nava Pérez refiere que hay estudios según los cuales hay relación entre los abusos que sufren las mujeres a manos de sus parejas, y los abusos que sufren los hijos, tanto físicos como emocionales, e incluso sexuales, puesto que están muy asociadas unas formas de violencia con otras.
Pero en cuanto al maltrato ejercido específicamente por las madres, Nava Pérez detalla que las mujeres no se dan cuenta de que infligen violencia psicológica.
“Quizás sean más conscientes de cuando golpean a sus hijos, (…) pero a veces la violencia psicológica que se ejerce contra los hijos pasa desapercibida por las mismas mujeres que están desacreditándolos permanentemente, que los están humillando ante otras personas, que los están ninguneando, que están insultándolos, diciéndoles que no sirven para nada, que son unos…”.
Nava Pérez destaca que para el CAM es importante que las mujeres violentadas que acuden a esta institución logren darse cuenta de que ellas, de algún modo, están ejerciendo la violencia contra los hijos.
“Es una de las áreas de mayor crecimiento para ellas, porque al mismo tiempo que se identifican como víctimas de la violencia del hombre, también se identifican como victimarias de las hijas y los hijos, y hacen toda una reflexión de trabajo psicológico y cognitivo para entender que esos comportamientos están equivocados: les cae el veinte, se dan cuenta de que esto que están haciendo es totalmente reprobable”.
La vocera del CAM sostiene que la institución tiene un actitud crítica con la violencia que las mujeres ejercen contra los hijos.
“Ojo, mujeres, también esto es criticable y es algo que tenemos que modificar en nuestro comportamiento”.
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