Ciudad de México.- Abrir un negocio propio siempre genera altas expectativas, tales como: obtener altas ganancias, tener un patrimonio propio y asegurar el futuro de la familia.
Sin embargo, para ponerlo en marcha es necesario planear de manera estratégica cada detalle, ya que iniciarlo sin planeación, puede causar la muerte prematura del proyecto.
Una vez definido el giro del negocio y el capital que se utilizará para iniciarlo, algunas personas creen que la mejor idea es asociarse con la familia. El estudio “Radiografía de la empresa Familiar en México”, realizado por académicos del Centro de investigación de Empresas Familiares (CIEF) de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), reveló que el 83 por ciento de las empresas en México son familiares.
No obstante, el mismo estudio afirma que el 45 por ciento de éstas, no tiene un protocolo familiar, es decir, no cuentan con un documento que enuncie los valores y la relación entre familiares y sus políticas con respecto a la empresa.
Por ello, el experto en finanzas personales, empresariales y autor de los best seller Reconfiguración Financiera y Mapa de Riqueza, Alejandro Saracho, nos da las siguientes recomendaciones para evitar que el negocio se vea mermado por una mala organización familiar:
Organigrama familiar: Definir puestos y responsabilidades no es cosa sencilla, por lo que se deberán tomar en cuenta las habilidades y conocimientos de cada integrante para la correcta asignación de puestos a desempeñar en la empresa y/o negocio.
Plan de negocio: Establecer las funciones que realizará cada uno de los miembros de la familia es indispensable para cubrir todas las áreas del negocio, dicha estrategia los hará cumplir de manera puntual con los objetivos que se plantearon en un principio.
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Papelito habla: Si cada integrante cuenta con patrimonio o dinero que usará como inversión, se debe estipular en documentos legales, o documentos firmados con el valor monetario que se está invirtiendo, pues es muy fácil caer en conflictos monetarios.
Pago justo: El dinero que reciba cada colaborador debe ser de acuerdo a sus habilidades y conocimientos desarrollados en la empresa, el pago debe ser justo y estipulado en contratos para evitar discusiones innecesarias.
Protocolo de deserción: Es necesario acordar previamente qué pasará si un integrante decide abandonar el proyecto. Si quieres que la empresa prospere, recuerda separar los asuntos familiares de los laborales para una buena relación en ambos casos.
“Recuerda que una empresa con visión a largo plazo logra aprovechar su potencial, convierte las relacione familiares en beneficios extraordinarios que ayuden a cada integrante a lograr su libertad financiera”, finaliza Alejandro Saracho. BP