Un niño australiano de 12 años discutió un día con su madre y en lugar de resignarse decidió vengarse. Se informó de si podría viajar solo en alguna de las compañías aéreas que pasan por Sydney, su ciudad.
La sorpresa fue que no encontró una, sino muchas aerolíneas en las que no necesitaba ningún permiso firmado por sus padres para subirse a un avión, así que el niño empezó a preparar su viaje metódicamente.
Le robó la tarjeta a su madre, reservó un vuelo a Denpasar (Bali), con escala en Perth (al oeste de Australia). Hizo la maleta, engañó a su abuela para que le diese el pasaporte y dijo que se iba al colegio.
Sin embargo, el menor puso rumbo a la estación de tren que le llevaría al aeropuerto. Allí, hizo el check in en las máquinas automáticas, pasó el control de seguridad, esperó pacientemente a que anunciasen su vuelo y finalmente embarcó.
Nadie le pidió explicaciones
Sin más. Nadie le pidió explicaciones en ningún momento acerca de por qué viajaba solo ni a dónde. «Solo me pidieron mi pasaporte y mi identificación de estudiante para demostrar que tengo más de 12 años y que estoy en la escuela secundaria», dijo el niño después al canal 9 News.
Cuando el avión aterrizó en Bali, el menor se dirigió al hotel de cuatro estrellas que había reservado previamente y se registró diciendo que su hermana llegaría más tarde, pero que él se había adelantado para acelerar el trámite.
Emma, su madre, contó la historia al canal de televisión. Cuando le avisaron de que su hijo había faltado al colegio denunció su desaparición a la policía y comenzó la búsqueda desesperada del niño. Cuatro días después, la madre pudo recoger a su hijo en el país donde el menor disfrutaba de unas plácidas vacaciones.
Lo que hizo el niño durante esos cuatro días en Bali se emitirá en el Canal 9 este lunes.