NO ESTÁN ESCUCHANDO A PACO TAIBO

PARA PENSAR 
Por: Carlos Moisés HERNÁNDEZ SUÁREZ

Me parece que no le están poniendo mucha atención a Paco Taibo. Digo, el tipo se las avienta muy buenas, pero aún hay que ponerle mucha atención, especialmente todos los seguidores de la Cuatro Té.

Hace varios años, Paco Taibo vino a Colima. Fueron a recogerlo al aeropuerto de Guadalajara y al día siguiente, nadie quería llevarlo por no meterse en problemas: resulta que los que fueron por él, para ahorrarse unos centavos, se vinieron por el periférico antiguo de Guadalajara, el cual todos sabemos es un atolladero. Aparentemente tardaron horas y Paco Taibo estaba refunfuñando, enojado, desesperado, preguntando por qué se lo habían traído por ahí. Por lo mismo, a la hora de regresarlo a Guadalajara al día siguiente, para llevarlo al aeropuerto, nadie quería arriesgarse a ser sometido a la presión de Paco Taibo, así que faltaban voluntarios para llevarlo de regreso en la madrugada.

Héctor Belascoarán Shayne, ese detective mexicano protagonista de algunas de sus novelas, que me acompañó en mis días de estudiante en Estados Unidos, se me hacía muy ingenioso y divertido, así que quise aprovechar la oportunidad de preguntarle sobre ese personaje. Me propuse llevarlo y todo el mundo feliz de que hubiera un incauto que se arriesgara.

La conversación con Paco Taibo fue muy enriquecedora —para mí— la verdad, esas dos horas y media platicando con él fueron geniales. Hablamos de todo.

Pero en agosto del año pasado, Paco Taibo dijo, en una entrevista, que “La 4T careció de autocrítica y una parte del Gabinete, de impulso y energía”. Paco lo dijo así claramente, en el sexenio de AMLO: no hay autocrítica hacia adentro de la 4T y la mayor parte de los secretarios de Estado están pintados esperando “a ver qué dice el jefe de jefes”, puntualizó.

Imagino que Paco Taibo va a ser de las primeras víctimas en eventualmente dejar el movimiento. Se ha manifestado crítico, se ha manifestado con cierta impaciencia, y eso es un pecado. Tal vez le van a cerrar las puertas, lo cual me parece injusto, porque si algo efectivamente le hace falta a cualquier movimiento, es la capacidad autocrítica a nivel individual y colectivo.

A Carlos Salinas le preguntaron un día: “¿Y qué dicen sus enemigos, señor presidente?” y él contestó con astucia: “El presidente no tiene enemigos. No puede tenerlos, y si los tiene, no puede señalarlos con el dedo, porque si lo hace nunca va a faltar alguien que se los quiera quitar de en medio, creyendo que le hacen un favor.”

Ahora es al revés: “Si dices que me criticas, le voy a decir al pueblo bueno que no me quieres, y todos lo van a saber.”

Podemos acusar a Carlos Salinas de lo que sea, si se quiere, pero astucia no le faltaba.