Estados Unidos.- Nueva York avanza y de a poco va recuperando parte de las operaciones en su tren subterráneo, tres días después del paso de la tormenta ‘Sandy’, aunque en Nueva Jersey funcionarios y habitantes quedaron conmocionados por las imágenes de la devastación, además de enterarse de que miles de personas en una ciudad seguían aisladas en medio de una fétida inundación.
La decisión de reabrir las partes no dañadas del sistema de transporte fue adoptada mientras el número de muertos llegaba a más de 80 en Estados Unidos, donde ‘Sandy’ cortó también el suministro eléctrico para más de 4,6 millones de viviendas y negocios. Días antes dejó otros 69 muertos a su paso por el Caribe.
En Nueva York, la gente salió en mayor número a las calles ante la reanudación de parte del servicio de trenes superficiales y subterráneos. Los tres principales aeropuertos recuperaron sus servicios al menos en forma limitada, y la Bolsa de Valores de Nueva York realizó operaciones por segundo día consecutivo, tras cancelar un par de sesiones.
El corredor ferroviario de la empresa Amtrak en el noreste, el más utilizado del país, transportaría de nuevo a los pasajeros por esa zona densamente poblada a partir del viernes. No obstante, centenares de personas debieron formar fila para esperar los autobuses; los vehículos se aglomeraron en filas de varios kilómetros pues sus dueños pretendían cargar gasolina.
El Bajo Manhattan seguía en penumbras luego que las inundaciones dañaron la infraestructura eléctrica, hecho que agravó las preocupaciones por las personas ancianas y pobres que quedaron atrapadas en pisos superiores en la zona sin electricidad. Para muchos de esos habitantes, la situación se complicaba en espacios oscuros, sin ascensores ni alimentos.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó la distribución de comida para esos residentes.
La falta de electricidad comenzaba a ser un problema mayor para muchos, pues la temperatura en Nueva York descendió a unos 4,44 grados Celsius el miércoles por la noche.
Nueva Jersey se levanta
En Nueva Jersey, la otrora paradisiaca costa del Atlántico, famosa por la serie televisiva «Jersey Shore», quedó en ruinas. El presidente Barack Obama y el gobernador Chris Christie sobrevolaron el área devastada el miércoles, a bordo de un helicóptero.
«Estamos aquí por ustedes. No toleraremos el burocratismo», advirtió Obama.
La advertencia que emitieron otros estuvo relacionada con el calentamiento global y con la posibilidad de que las tormentas sean cada vez más intensas.
Frente a Nueva York, al otro lado del Río Hudson, las aguas comenzaron a bajar lentamente en la ciudad de Hoboken, donde unas 20 mil personas permanecían atrapadas en sus viviendas. La Guardia Nacional ayudaba con las evacuaciones, pero se advirtió a los habitantes que no se aventuraran a caminar entre las aguas, contaminadas con residuos orgánicos y químicos, en una región de mucha actividad industrial.
Además, las autoridades instaron a los habitantes de toda Nueva Jersey a ahorrar agua. Por lo menos 1,7 millones de consumidores carecían de electricidad en el estado, y comenzaron a estallar algunos altercados entre la gente que esperaba para comprar gasolina.
Las condiciones meteorológicas siguieron azotando la zona el jueves, aunque con una fuerza mucho menor. Se acumuló hasta metro y medio (cinco pies) de nieve en Virginia Occidental, donde los remanentes del huracán se unieron a dos sistemas invernales. {jathumbnail off}