‘Ojitos’, dispuesto a irse

Enrique Meza lo ha dicho en muchas ocasiones, y esta vez lo reafirma: “A Cruz Azul le urge un título”.

Y él, al que le corre sangre azul, haría cualquier cosa porque su amada Máquina gane la novena estrella.

“He ganado algunas cosas [cuatro títulos nacionales y tres internacionales] en los equipos que he trabajado [Toluca y Pachuca], gracias a los grandes jugadores que me ha tocado dirigir, pero no me gustaría irme de aquí, de mi casa, de Cruz Azul, sin conseguir algo”.

Es tanto el amor que siente por los colores, que no le importa el sacrificio personal: “Y si me tengo que ir, ojalá que Dios le dé inmediatemente el título a Cruz Azul y no lo digo sólo por la institución, sino por nuestro presidente Guillermo Álvarez, todo un personaje en la vida de nosotros y la afición que tanto ha sufrido descalabros, que tanto ha aguantado burlas de todo el mundo”.

En el futbol, todo se resuelve en la cancha, en 90 minutos, dentro del rectángulo verde se rompen y se arman vidas. Pero de vez en cuando, no viene mal una “ayudita”. “Lo confieso, soy guadalupano y siempre estoy pidiendo. Cuando me fue muy bien, no cuestioné a la virgen o a Dios; cuando me fue mal, tampoco les pregunté”.

—¿Y ahora?

—Ahora quién me niega el derecho a aspirar y pedir.

En bastantes ocasiones, Meza ha mencionado la siguiente frase: “Nos hace falta el centavo para el peso”. Pero después de tantos años sin el título en Cruz Azul… ¿ya tiene que ser menos que el centavo?

“Sí, eso está claro. No hemos completado el peso. ¿Cuánto nos falta? no lo sé. Ya hemos repetido el intento, alguna vez me tocó a mí. Lo que sí creo es que es muy poquito lo que falta”.

Mas hay que darle un justo valor a los intentos, como el mismo técnico se los da: “Estar en la final ya es buen mérito. Para aspirar al título hay que jugar la final”.

En su trayectoria ha jugado “siete finales, nada más en la Liga [mexicana]. He ganado cuatro [tres con Toluca y una con Pachuca]”.

Quiere una más con el Cruz Azul, equipo con el que ya perdió una. “Y reitero, hemos trabajado muy bien y ojalá que llegue muy pronto el título, ya sea conmigo, o sin mí”.

¿Cómo prepara la Liguilla?

Meza vive intensamente una nueva Liguilla, una más en su carrera.

—¿Se prepara más en esta fase?

—No lo sé. Hace uno muchas ilusiones para llegar a ella. Cuando estás, tratas de aprovecharla al máximo. No podría decir que le pongo más tiempo o entusiamo en la Liguillla. Quiero ganar en la Liga y quiero ganar en la Liguilla.

Reflexiona, lo piensa más profundamente y contesta. “Quizá a lo mejor depende de que si pueda dormir o no. Soy un tipo que duerme bien. Hay ocasiones en que tengo mis inquietudes naturales, producto de los partidos y sí, lo acepto, en la Liguilla estoy más inquieto con el sueño”.

—¿Qué sueña?

—Un partido. Casi siempre son reflejo de lo que tú idealizas. Quiero ganar y hay ocasiones en que no se puede. Pero el sueño representa que me hago ilusiones.

Como un gran devorador de libros, Enrique Meza siempre trae uno bajo el brazo. “Ahora mismo le doy una repasada a ‘La inteligencia emocional’ de Daniel Coleman. Siempre te da algunos refuerzos que te ayudan a que las emociones no superen la inteligencia. No hay que pensar con el estómago”.

—Así que ¿no le teme a nada?

—A nada.

—¿Ni al arbitraje?

—Mi equipo tiene que jugar tan bien que se debe sobreponer a un arbitraje errético, no malo de maldad.

Se ha puesto en los pies de los silbantes. “Me pongo a pitar un entrenamiento y veo cosas y después no las veo. No me hago mala sangre pensando que todo sea malo”.

—¿Y Francisco Chacón?

—Me da la impresión que se ha equivocado, pero es que debe decidir en fracciones de segundo. No puedo decir que el arbitraje es corrupto o tendencioso. Es una profesión que no me hubiera gustado tener, no podría hacerlo, hay que tener el estómago bien puesto. Ante tantos reclamos debe mantenerse bien ecuánime. No pienso que haya un arbitraje tendencioso”.

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