Colima.- Desde el 4 de septiembre de 2014, cuando la contadora María Cristina González Márquez dejó definitivamente la titularidad del Órgano Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental del Estado (Osafig), el organismo está acéfalo.
Y es que aunque quedó como encargada del despacho la auditora especial financiera del Osafig, Xóchitl Graciela Díaz Cossío, el Congreso del Estado no emitió una convocatoria para la renovación del auditor superior, para dar certeza de autonomía.
Incluso, se hubiera esperado la convocatoria por la forma en que salió María Cristina González, en medio de un escándalo por irregularidades en su función, relacionadas con la compra de un automóvil.
La comisión de Vigilancia encontró irregularidades en la adquisición de un auto Ford Courier modelo 2009, que se puso a nombre de Alejandro Salazar Orozco, quien laboraba en el Osafig.
Salazar Orozco es sobrino del entonces diputado local Rigoberto Salazar Velasco, actual secretario estatal de Desarrollo Social, y dicho vehículo habría sido usado para apoyar la campaña electoral priista del año 2012.
Después de haber dejado el Osafig, González Márquez recibió la titularidad de la Dirección General de Administración y Abastecimientos, donde despacha ahora, de acuerdo al Directorio Integral del Gobierno del Estado.
Para el diputado Francisco Rodríguez García, entrevistado por AFmedios, fue una estrategia del PRI mantener a la encargada del despacho para no hacer una convocatoria abierta.
“Ya después de que paso la elección, y viendo que perdió el Congreso, hubo intentonas mediáticas de tratar de nombrar a un responsable, que el gobernador saliente dejé a alguien por los próximos años”.
Para Rodríguez García esta ya no es labor de la actual Legislatura, debería hacerla la siguiente, a través de una convocatoria pública, amplia y transparente, que garantice un Osafig autónomo del partido en el Gobierno.
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