Vaticano.- El papa Francisco pidió este sábado a sus 19 nuevos cardenales, cinco de ellos latinoamericanos, que eviten las rivalidades y facciones durante una ceremonia a la que asistió su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, cuyo pontificado estuvo plagado de escándalos.
Es la primera ocasión en la que Benedicto asiste a un rito papal desde su renuncia hace un año.
Su presencia permitió contemplar una inigualable escena con un antiguo pontífice, uno en ejercicio y un posible futuro obispo de Roma reunidos al mismo tiempo en la basílica de San Pedro.
Los nuevos cardenales vienen de Alemania, Argentina, Brasil, Burkina Faso, Canadá, Chile, Corea del Sur, Costa de Marfil, Filipinas, Gran Bretaña, Haití, Italia y Nicaragua. Los no electores son de España, Italia y Santa Lucía.
De América Latina fueron ordenados el arzobispo de Buenos Aires en Argentina, Aurelio Poli, de 66 años y sucesor de Francisco; el arzobispo de Managua en Nicaragua, Leopoldo Brenes Solórzano; el de Río de Janeiro en Brasil, Orani João Tempesta y el arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati.
El arzobispo Chibly Langlois, de 55 años, es el primer cardenal de Haití, el país más empobrecido del hemisferio occidental, donde según el Banco Mundial un 80 por ciento de la población rural vive en la extrema pobreza.
La elección de los prelados enfatizó la preocupación de Francisco por los países pobres.
De los 19 designados en la ceremonia, 16 son «cardenales electores» que se unirán a los 106 existentes menores de 80 años que optan a participar en cónclave que elegirá al siguiente pontífice. Los nuevos cardenales electores tienen entre 55 y 74 años.
Los cardenales son los asesores más cercanos del Papa en el Vaticano y en el mundo. Además de ser líderes de la Iglesia en sus países de origen, quienes no están en el Vaticano son miembros de comisiones clave que deciden en Roma las políticas que pueden afectar las vidas de 1.200 millones de católicos.
Los nuevos cardenales recibieron de manos de Francisco su gorro cuadrado, conocido como birrete, y su anillo en presencia de cientos de otros cardenales y obispos durante la ceremonia solemne dentro de la iglesia más importante de la cristiandad.
Espiritualidad y servicio
Benedicto, de 86 años, entró por una puerta lateral ayudándose con un bastón y se sentó tranquilamente con un largo abrigo blanco en la primera fila junto a algunos cardenales. Cuando llegó al frente de la basílica para iniciar la ceremonia, el papa Francisco fue a saludar a Benedicto, que se quitó su gorro blanco como muestra de respeto y obediencia a Francisco.
Aunque se pidió a la multitud que estaba dentro de la basílica que no aplaudiese durante la ceremonia, lo hicieron cuando Benedicto entró y cuando se pronunció su nombre en un discurso inicial dado por uno de los nuevos cardenales.
Francisco los llamó a ser hombres de espiritualidad y servicio.
«Si prevalece la mentalidad del mundo, surgen las rivalidades, las envidias, los bandos», dijo.
Francisco exhortó a los cardenales a permanecer unidos. «La Iglesia (…) los necesita, su cooperación, y aún más su comunión, comunión conmigo y entre ustedes», sostuvo.
Las rivalidades entre facciones de la curia vaticana son a menudo consideradas responsables de los percances y escándalos vividos durante los ocho años de papado de Benedicto XVI, entre los que se cuenta el escándalo «Vatileaks» en 2012, en el que el mayordomo del pontífice robó documentos personales y los filtró a la prensa.
Sólo cuatro de los cardenales electores son funcionarios del Vaticano, entre ellos el arzobispo italiano Pietro Parolin, de 59 años, el nuevo secretario de Estado de Francisco, y el arzobispo Gerhard Mueller, de 66, el alemán a cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Por España fue designado Fernando Sebastián Aguilar, de 84 años, arzobispo emérito de Pamplona y obispo emérito de Tudela.
De África fueron ordenados los arzobispos Jean-Pierre Kutwa, de Abiyán en Costa de Marfil, y Philippe Nakellentuba Ouédraogo, de Uagadugu en Burkina Faso. De Asia son los arzobispos Andrew Yeom Soo Jung, de Seúl en Corea del Sur, y Orlando B. Quevedo, de Cotabato en Filipinas.
Benedicto se convirtió en el primer papa en renunciar en 600 años cuando dejó el cargo el 28 de febrero de 2013. Dos semanas después, Francisco se convirtió en el primer pontífice no europeo en mil 300 años.
Con información de Reuters