¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ
Ya ni llorar es bueno. El presidente no va a reaccionar. Nadie en su entorno tiene la capacidad de confrontarlo, mucho menos hacerlo cambiar de opinión. El individuo está absolutamente convencido de sí mismo y su visión.
A cualquiera nos cuesta trabajo admitir un error, inclusive pensamos más de una vez el hacer las cosas distintas; pero, reconociendo, recapitulamos. No es el caso de AMLO. Para él, no solamente no hay equivocación, el resto no somos capaces de comprender la estrategia y sus alcances. La realidad no le es suficiente, pues le persiste la convicción de estar haciendo lo correcto.
Ante esta circunstancia, pretender señalarle errores o desatinos en sus postulados, deja de tener sentido. No vale la pena.
Por supuesto que hay que continuar con el análisis y la comprensión de las posibles consecuencias de sus actos.
Claro está que hay que señalarlos y discutirlos, pero para una toma de decisiones enfocadas en nosotros, la ciudadanía común.
De manera afortunada, nuestros días nos permiten tener acceso a información mucho más allá de la oficial.
Entonces por ejemplo, someter a este virus, por la experiencia en otras latitudes, sabemos hacerlo. Tenemos que despejarnos de filias ideológicas y ser ultra pragmáticos. Se trata de nuestra salud.
En el aspecto económico, definitivamente el camino de recuperación viene complejo. Más si descontamos lo que el gobierno podría contribuir y no va a hacer.
Creo que hay pequeñas acciones que brindan posibilidades. No hay recetas mágicas, sin embargo, en los fundamentales de la economía, ante las crisis, hay dos elementos: el gasto y el crédito.
¿Qué necesitamos para que no se detenga la maquinaria económica? Sin duda, gastar. El consumo hace a la demanda y oferta y de ahí para el real. Por muy acotada que sea tu posibilidad, mantén el gasto, de una forma responsable. No es que compres la última novedad en Amazon, es que continúes pagando a la persona que te ayuda en casa o al jardinero. Si no es esa tu posibilidad, direcciona tus recursos a tu entorno. La tienda de la esquina, el mercadito, el restaurante, etc.
Por otro lado, si tienes la posibilidad, como proveedor, ofrece crédito. No hay mayor señal de confianza en una economía que brindar pagos a plazos. Si, por otro lado, tienes posibilidad de acceder al mismo, no te reserves, hazlo y enfoca ese recurso en lo ya platicado.
La perspectiva de lo que se avecina no deja muchas posibilidades.