El presidente cubano Raúl Castro pidió calma y prevención a la población del oriente de la isla tras el sismo de 5.5 grados Richter que estremeció la región el sábado pasado y dañó cientos de viviendas en varios municipios de Santiago de Cuba.
El movimiento telúrico, con epicentro a 62 kilómetros al sureste de Santiago de Cuba, unos 900 kilómetros al este de La Habana, fue seguido de réplicas que sacaron a la población de sus casas y centros laborales y, aunque hubo algunos lesionados no se reportaron víctimas fatales.
“Todo debemos tenerlo previsto, porque lo que no se prevea ahora no se podrá hacer después”, dijo Castro, quien presidió una reunión del Consejo de Defensa Provincial activado tras el sismo, el más fuerte registrado desde 1947, que tuvo intensidad de 6.7 grados.
La sacudida es parte de un incremento de la actividad sísmica en la zona luego del devastador terremoto de Haití del 12 de enero pasado, que dejó más de 200 mil muertos y dejó en ruinas a la capital de esa empobrecida nación caribeña.
El sismo del sábado pasado provocó agrietamientos en 316 viviendas, 19 edificios multifamiliares e instalacions de salud pública, educación, comercio y cultura en los municipios de Santiago de Cuba, Palma Soriano, Contramaestre, Mella, Songo La Maya, Segundo Frente y Guamá.
El fenómeno agravó la crisis habitacional de los lugares afectados que, como casi en todo el resto del país, se encuentra en mal estado debido a la falta de mantenimiento y de nuevas construcciones.