¿QUÉ VIENE?
SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
¿Importó el pleito entre Urzúa y Bartlett? ¿Importa el pleito entre Batres y Monreal? ¿Importa el pleito entre Muñoz Ledo y Delgado? ¿Importa el pleito entre Yáñez Centeno y Vizcaíno?
Pues depende. La ecléctica configuración del grupo que el presidente López Obrador consiguió amalgamar para armar a Morena y llegar al poder, casi garantizaba esto que hoy vemos. Diferencias importantes e intestinas que hacen que estos protagonistas de la T4 se confronten a plena luz y sin recato alguno.
Importa, porque para nosotros, simples mortales, nos es difícil identificar la estrategia planeada para llevar a buen puerto este cacareado cambio de régimen. No la vemos, y mirar a los de la misma casa, no solamente estar en desacuerdo, sino además llevar esta circunstancia a la arena pública, nos confunde más, menos podemos apreciar la visión que los conduce.
En el ejercicio del poder es natural encontrar diferencias, inclusive tenerlas es sano, permite tener distintos enfoques que pueden llegar a enriquecer el plan. El problema aquí es que el plan no se nota y los pleitos desmiembran la cohesión que debieran mostrar.
A la ya de por sí afectada confianza en el futuro, se le acerca a una hoguera que arde y se alimenta todos los días.
Se dice mucho que el presidente es un individuo que gusta de detentar el poder, de utilizarlo y que todos a su alrededor sepan que es el jefe. Pues considero que le falta de manera urgente dar un manazo en la mesa que ponga orden y le recuerde a su gente que la diciplina es indispensable.
Claro, esta llamada de atención necesariamente tiene que venir aparejada de un recordatorio de los objetivos claros a corto, mediano y largo plazo de su pretendida transformación, pues si no es así, no pasaría del regaño y el jalón de orejas, pero sin que sea posible la corrección.
Verdaderamente importante es que precisamente hubiera un fin claro, que sea común y aceptado, evidentemente, para ser acatado.
¿O será acaso que esta carencia sea parte del motivo de los pleitos?
Por el bien de todos, espero que no.