Poetas colimenses comparten el sentido de su universo, algo más que sólo vida

En el marco del Día Mundial de la Poesía, propuesto en 1999 por la Unesco, tres reconocidos poetas colimenses y orgullosos universitarios, hablan en entrevista sobre el trabajo requerido para ejercer esta disciplina, así como las implicaciones que conlleva asumirse y vivir, ante todo, como escritores.

El poeta y ensayista Carlos Ramírez Vuelvas comenzó por explicar que “el fundamento de alguien que se entrega a la poesía es una convicción total en el oficio poético, en la que no existe una separación ente el perfil que se asume como ciudadano y la condición latente de ser poeta”.

Esto quiere decir, asegura, que el sujeto debe permanecer todo el tiempo como poeta a pesar del ámbito profesional en que se desenvuelva, “ya que la poesía no es simplemente un acto que debe quedar en un código escrito, sino que por su naturaleza necesita reproducirse en todo lo que el poeta hace, incluso hasta en los momentos en que éste puede llegar a sentirse desahuciado, habrá de encontrar en la poesía una solución”.

A su vez, el escritor y también poeta colimense César Anguiano Silva, describió a los poetas como “seres capaces de descubrir esa cosa invisible tan obvia y a la vez oculta, que da vida al polvo, que hace que los astros se muevan; esa corriente que nos hace ir y venir, tener inquietud, preguntarnos cosas; aquellos que no sólo escriben versos, sino que logran ver, en pequeños instantes y en todas las cosas, dicha corriente y saben convertirla en palabras”.

Al preguntar sobre la formación que debe de tener el poeta; Carlos Ramírez, Indira Torres y César Anguiano coincidieron que, por lo general, comienza con el acercamiento a textos de buenos escritores, sobre todo de grandes poetas que han marcado el rumbo y la historia de la poesía; sin embargo, argumentaron que también es necesaria la preparación cognitiva, la cual incluye, entre otras cosas, el conocimiento de las formas poéticas tales como el soneto, la lira, el endecasílabo, etcétera.

“No creo que existan los poetas empíricos, porque visto de otra manera, la poesía al igual que otras asignaturas tiene un nivel técnico que requiere ser dominado para poder escribir dichas formas, y posteriormente realizar aportaciones a esta tradición; eso, empíricamente no creo que se pueda”, dijo Ramírez Vuelvas.

Por su parte, César Anguiano declaró que un poeta que nada más lee poesía no va a aprender lo suficiente del mundo ni de sus contemporáneos; “creo que todo es necesario y los verdaderos escritores, en el género que sea, son gente curiosa que en el fondo busca lo mismo, sólo que cada quien se sirve de medios diferentes para encontrarlo, pero hay lazos que no se pueden ni deben separar, aunque existan poetas peleados con la academia. Yo no”, agregó.

Para la cantautora, poeta y escritora de Colima Indira Torres, una de las cosas que más disfruta de esta formación es el hecho de poder acercarse a los grandes maestros de la poesía contemporánea y tratar de dialogar con ellos a través de sus obras, las cuales le han ayudado a guiarse y seguir adelante con su poesía.

Piezas claves y fundamentales al hablar de este arte literario y de cualquier arte en general, son los elementos de la inspiración y el proceso creativo, de los cuales casi nunca se habla y tampoco se ven, pero siempre están presentes, de manera diferente, a la hora de ejecutar las fases o etapas para generar o crear.

Así pues, para el escritor César Anguiano, es importante que dicha inspiración lo encuentre en el escritorio, trabajando, pero reconoce que existen ocasiones, aunque en su caso confiesa que han sido pocas, en que los versos comienzan a sonar solos: cuando va manejando, está comiendo o incluso acostado, “y es en ese momento cuando uno se va haciendo consciente de un sentimiento que está latente y busca expresarse en palabras; entonces, es el instante preciso en el que uno puede vaciar el poema al papel. Curiosamente, el material que se genera en esta etapa, suele ser bueno”.

Al hablar sobre el proceso creativo, mencionó que desde su perspectiva, cada género literario tiene sus propias formas de vivirse. En el caso de la poesía, dijo que está ligada o va de la mano con la vida, en el sentido que “hay gente que nunca se atreve a vivir y ese mismo miedo es lo que impide a los poetas escribir verdadera poesía; en cambio, ese arrojo, valentía y locura al disfrutar los momentos, son los que te hace comenzar a escribir buenos textos poéticos”.

De forma diferente pero con la misma intensidad, Carlos Ramírez define la inspiración y el proceso de creación como un estado de alteración emocional que sólo ocurre en soledad, y explica que debido a que el plano social en el que vivimos es absolutamente racional, “no podemos andar gritando nuestras emociones todo el tiempo y nos contenemos porque la cultura nos contiene, pero el plano de la creación –enfatiza– es totalmente libre”.

Sobre lo anterior, aclaró que esta libertad no sucede por el hecho de que los poetas escriban llorando, sino porque logran hacerlo en un estado que califica de incomparable; tanto, que Ramírez Vuelvas aseguró que cuando un escritor o un poeta se encuentra en este proceso, tiene una vibra distinta y maravillosa que todas las personas que están a su alrededor pueden llegar a sentir.

Mientras tanto, para Indira Torres la inspiración la encuentra en cualquier parte, “por eso siempre cargo mi libreta y una pluma para anotar las ideas como me llegan y después, con más calma las desarrollo. Así es como he armado la mayoría de mis poemarios”.

A diferencia de César y Carlos, Indira cuenta con la música como principal aliada y pieza elemental en sus momentos creativos. Para ella, las experiencias de vida, su aprendizaje individual, su capacidad de asombro y de amar, son elementos que la llevan a ese estado de creación.

En cuanto a la cuestión del mundo de las publicaciones, Carlos Ramírez opinó que en Colima es muy fácil publicar, ya que cualquier persona puede hacerlo con un mínimo de seis mil pesos; sin embargo, aclaró que aunque es necesario, eso no es lo que te convierte en poeta, ya que “lo peor que se puede hacer es engancharse con una publicación, porque no debemos olvidar que lo que te hace poeta es construirte como poeta y comenzar a vivir realmente como poeta bajo tus propios principios poéticos”.

En este mismo sentido, aprovechó para hacer una crítica a las instituciones, las cuales “muchas veces sólo les interesa el número; es decir, si el año pasado publiqué 18 libros, este año tengo que preocuparme por publicar 20, así que repito, eso para nada te hace un poeta, porque en realidad es muy fácil publicar”.

Antes de finalizar con la entrevista, Indira Torres invitó a todos los jóvenes que están interesados en seguir o iniciar el camino de las letras, a acercarse a la poesía de su ciudad, de su país y también a la poesía de todo el mundo, con el objetivo de que su percepción sobre este arte realmente sea más global.

César Anguiano propuso a los interesados en esta profesión, diseñar una estrategia para comenzar a escribir; “pónganse como meta un proyecto al año y si no se los van a publicar ese año, tal vez al siguiente, pero que eso no sea pretexto para quedarse cruzados de brazos, porque la verdadera finalidad de todo esto es ir madurando como escritor, aunque no edites”.

“Yo le diría a los jóvenes –dijo Carlos Ramírez– que encuentren a sus maestros en los grandes maestros de la poesía, no hay otros, y que en este negocio de la escritura no olviden que lo que se necesita es tener mucha humildad, porque luego tienden a ser muy arrogantes y creen que el título cae con la declaración”.

Finalmente, reconocieron que no hay nada escrito, porque en algún punto no se puede enseñar aquello que va más allá de la escritura; que lo que aquí se comparte es sólo el sentido que cada escritor o poeta le ha dado a su universo a través de su poesía y que le ha permitido identificar aquellas cosas que le impiden ser libre y feliz, pero que a la vez les ha brindado la oportunidad de encontrarse con esa actitud vital, la cual no dejan de anhelar para poder convertirse en algo más que sólo vida. BP