Colima.- En estos días de ingreso al bachillerato, la licenciatura y el posgrado, a un ambiente nuevo, es común que los jóvenes vivan situaciones estresantes, ya que cualquier cambio genera estrés, dijo en entrevista Sara Lidia Pérez Ruvalcaba, profesora-investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima.
“Para los que aparecen en las listas, la carrera representa un reto; para los que no, es su vida la que debe ser un reto, y aquí es donde debemos apoyar a los estudiantes”.
La doctora Sara Lidia Pérez señaló que el estrés “es pensamiento y conducta” y que las respuestas fisiológicas “vienen por añadidura; estamos en un mundo biopsicosocial y no podemos ver el estrés de manera individual sino integralmente, porque es la relación entre el individuo y el medio ambiente lo que evalúas como amenazante o desbordante de tus capacidades”.
En la vida cotidiana, comentó, “desde que despiertas y abres los ojos necesitas del estrés para poder activarte, tanto adultos como jóvenes; sin embargo, los jóvenes se sienten invulnerables y por eso les pega más, ya que esto rebasa su control como un ser humano de 18 años que no tiene muchas habilidades en el manejo emocional del estrés, y al rebasarlo aparece una crisis, que no es sólo de él sino también de la familia”.
El problema, añadió, “es que se ha normalizado el estrés; si tuviéramos una vida cotidiana autocontrolada, el estrés, aunque lo estemos viviendo en su máximo pico, no nos pegaría tan fuerte, sólo tendríamos que vivirlo. En cambio, como normalmente estamos estresados, cuando llega ese pico no lo podemos manejar”.
Comentó que para los jóvenes que no quedaron en listas, “su vida debe ser un reto; todos los días debe haber un reto y deben ubicar un nuevo objetivo de vida; deben abrirse a las oportunidades de lo que llegue y tomarlas”. Recomendó, además, comer bien, hacer ejercicio, oxigenarse lo más posible, poner su cerebro en otra sintonía, “tener la seguridad de que por algo suceden las cosas y empezar a buscar nuevos caminos de vida inmediata y también caminos de vida lejanos”.
El estrés, destacó, “es un problema social, pero tenemos que encontrar la estrategia para que no pegue tanto. Eso depende de cada persona, pero en este mundo debemos lidiar con el estrés, nuestro el y del otro, aclimatarnos a la sociedad y aceptar que vivimos en un mundo estresado, que a unos les pega de una forma y a otros de otra”.
Resaltó también el hecho de que no se trata sólo de quitarle el estrés al estudiante, ya que una vez egresado éste debe enfrentar el difícil mundo laboral; “¿cómo les vamos a enseñar a sobrevivir en este mundo tan competitivo? No podemos ponerles colchoncitos, ya que muchos se van a enfrentar, en lugar de afrontar, un mundo extremo de competencia, y eso significa que ‘no soy tan bueno como el otro’; lo que a su vez significa vulnerabilidad y por consiguiente estrés y enfermedades crónico degenerativas. Es preocupante, además, que los alumnos de hoy en día ya tengan enfermedades como la gastritis, que es generada por el estrés”.
Antes de concluir la entrevista, Sara Lidia Pérez mencionó que para acompañar a los estudiantes de nuevo ingreso, “en la Universidad tenemos un tutor, así podemos notar su rendimiento académico. Si se detecta que tiene un bajo rendimiento, se le acompaña académicamente y eso hará que mejore su manejo del estrés. En el área de la salud, la UdeC cuenta con una materia optativa sobre manejo del estrés, además de cursos y talleres que se imparten durante el año sobre manejo del estrés”.
También comentó que dentro de los comités de salud que existen en la Universidad de Colima, se realiza un test en el que se les pide a los alumnos de bachillerato definir estrés y aprendizaje. Aquí, para la mayoría, “aprendizaje es igual a estrés y viceversa; sin embargo, intentamos hacerles ver que la Universidad no es estresante, sino más bien que es su interpretación de lo que pueden o no pueden hacer”.
La institución, dijo por último, “te brinda las herramientas, pero se ha socializado tanto el estrés, se ha vuelto tan cotidiano, que a muchos ya no les interesa manejarlo, por lo que los estudiantes no aprovechan todas estas herramientas, que van a seguir estando allí, a su disposición, cuando quieran utilizarlas”.