Comenzó el VII Coloquio Internacional “Violencia y Cambio Cultural”, que se realiza ayer y hoy y que es organizado por la Universidad de Colima a través del Centro Universitario de Estudios de Género, la Red de Género, Inclusión y Equidad Social de la Región Centro Occidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior y por la Asociación Colimense de Universitarias A. C.
Ana Azucena Evangelista Salazar, directora del Centro Universitario de Estudios de Género (CUEG) de esta casa de estudios, dio la bienvenida al evento y señaló que para la Universidad de Colima es un honor ser la sede: “Estamos seguras de que cumplirá con los objetivos de contribuir a la generación de espacios de análisis, discusión e intercambio de investigaciones y reflexiones sobre las temáticas de la violencia de género y los cambios culturales desde distintas perspectivas disciplinarias”.
Por su parte, Flor de María Gamboa Solís, coordinadora de la Red de Género, Inclusión y Equidad Social de la Región Centro Occidente de la ANUIES, destacó que a lo largo de los últimos siete años, “esta red de académicas nos hemos planteado diversos cuestionamientos acerca de las causas que inciden en la desigualdad de género y siempre llegamos a la misma conclusión: la cultura”.
La cultura, continuó María Gamboa, “es la causa de que hombres y mujeres transiten por mundos equidistantes, una cultura patriarcal que es violenta y está presa de una incapacidad de mirarse a sí misma y reconocer sus profundas imperfecciones y fallas, pues no es capaz de confrontarse a ella misma; en tanto se legitima, distorsiona el sentido de lo humano al distribuirlo inequitativamente entre los géneros; seamos menos mujeres y menos hombres y seamos más humanos”, dijo a los asistentes.
De lo anterior, continuó, “resulta pertinente sentarnos a dialogar, analizar y debatir en torno al impacto que tiene la cultura patriarcal en la propagación de la violencia”.
Por último, Sergio Wong de la Mora, delegado del Campus Villa de Álvarez, en representación del rector de la U de C, José Eduardo Hernández Nava, inauguró el coloquio y mencionó que “para nuestra Universidad es un honor ser sede de tan importante evento académico, en donde los expertos en el tema de género nos mostrarán sus experiencias, investigaciones y resultados del tema de violencia y cambio cultural en nuestra sociedad”.
Después de la inauguración del coloquio, tuvo lugar la conferencia magistral: “Los feminicidas como sujetos: Los casos de Mili y el Arroyo Navajo”, impartida por Héctor Domínguez Ruvalcaba, proveniente de la Universidad de Austin, Texas, quien dijo que a principios de los 90, los feminicidios de Ciudad Juárez se convirtieron en la nueva realidad de esa ciudad, donde él radicaba en esos años; “era una nueva realidad en la que no cabía la ficción pues iba más allá, con cuerpos masacrados y violentados; asesinatos claramente perpetrados por misóginos”, comentó.
El conferencista mencionó que, de su investigación, resultaron 32 hipótesis sobre corrupción, trata de blancas, negocio con implicaciones de corporaciones policiacas, de empresarios y políticos. En esa época, agregó Domínguez Ruvalcaba, “la censura se encontraba hasta en las universidades, donde no se permitía la entrada al que quisiera investigar sobre ese tema”.
Una de esas hipótesis, dijo el ponente, es que “los feminicidios están motivados por el negocio de la pornografía sádica, y donde la muerte de la víctima constituye el clímax de dichas producciones en las que se involucran militares, personal de hoteles, proxenetas y un político que hace posible la impunidad para el negocio”. Incluso, destacó, “este negocio de la sexualidad es más lucrativo que el del narcotráfico”.
Por último, Domínguez Ruvalcaba habló del “quebrantamiento social” que se vive hoy en día: “Estamos ante una crisis de los parámetros que habían construido las relaciones de género y las relaciones entre Estado y sociedad, lo que se entiende como contrato social, el cual está roto. Necesitamos un nuevo contrato social y en eso debemos invertir nuestros esfuerzos intelectuales, políticos, sociales, estéticos y todo, porque ya lo hemos perdido”.