¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
No registro en mi memoria un fandango del nivel que estamos mirando hoy día en la definición de algunas de las más relevantes candidaturas locales.
Manzanillo vive una guerra intestina en el ala MORENA que anticipa un resultado diarreico. Se está escribiendo esa historia donde pareciera que se hizo una lista de lo que debiera hacerse mal y el empeño se ha puesto en poder ir palomeando cada punto en señal de conseguido.
Desde la evidente animadversión personalísima, palpable a simple vista, entre la gobernadora y la munícipe, que como personas adultas y maduras debieron trabajar y resolver; la unción de una candidata lerda, purificada de su vida fifí y aspiracionista gracias a que pertenece ahora a los afectos de la líder; la falta de sensibilidad respecto a las necesidades de la ciudad, tomando recursos que provienen de la actividad portuaria, prefiriendo gastar en piedritas, adoquines y bancas sin ton ni son, en lugar de invertir en la necesarísima mejora de infraestructura de movilidad indispensable allá; y hasta el sueño de los justos que duerme la oposición, que muy lejos está de mostrarse armada y dispuesta a la contienda electoral. Mucha bruma que tiende a espesarse. Lástima.
Colima con sus propias cuitas. Lo que hace unos meses pintaba a ser resuelto con simplicidad, se vino a complicar por un inexplicable desplante, a ojos vistas caprichoso, de la protagonista de la historia.
Más allá de los ajustes que se tuvieran que hacer al interior de la coalición, entendibles siempre, de forma inexplicable se tornaron en amagues que nada tienen que ver con generar condiciones para llegar a acuerdos. Además de entorpecer procedimientos, acortando tiempos muy valiosos para poder construir una campaña, con un destello fosforescente pretendió cegar al resto con la intención de que la siguieran en la invidencia. Craso error. Tal vez la inexperiencia hizo que se olvidara que en política y en la vida, todos somos valiosos, pero nadie indispensable. Tendrá que asumir sus costos.
Y así, por el pedregoso camino que está tocando andar y descalzos, parece que en horizonte solo se otea lo que viene, algo muy PRECARIO.
MICROCUENTO
Bach entra en los oídos semejando una brisa suave tocando el rostro. Disfrutando esas notas casi se logra encapsular la mente en un entorno de colores amables, sensaciones placenteras, pensamientos positivos. ¡Qué traumático resulta escuchar sin aviso alguno la estridencia de los ladridos del Canelo al compás del timbre!