La película Swiri fue, en el año de su aparición (1999), todo un shock “porque por primera vez los coreanos veíamos una película que trataba un tema que era un tabú en Corea del Sur: el tema de la relación amorosa entre norcoreano y un surcoreano, lo que, por supuesto estaba prohibido en aquel momento; aunado a esto, en Corea todo mundo también se preguntaba que iba a pasar en el año 2000, como lo estaban pensando en Occidente, por todo aquello del fin del mundo y las profecías, lo que le dio más realce a este film por toda la tecnología, armas y destrucción que presenta”.
Esto lo comentó la profesora originaria de Corea del Sur y catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima, Lim Su Jin, a las personas que se dieron cita para presenciar esta película en el marco del “Noveno ciclo de cine reseñado sociedad y cultura en Asia: una mirada desde el cine contemporáneo”, organizado por el Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico de esta casa de etudios.
Lim Su Jin explicó a los asistentes que el título de la película: Swiri es una palabra que significa pescado, una especie que en aquel momento desconocían los coreanos, y dijo que luego descubrieron que este tipo de pescado vive en aguas muy limpias, por lo que se trata, añadió, de una vida muy pura, limpia, bonita, y que una traducción al español de esta palabra sería “descansar”, “descansaremos”, “descansaré” o, “yo quiero descansar”.
Resaltó que el director de este film, Je-kyu Kang, la tituló así “porque nos da el mensaje de que ya quieren los coreanos un ambiente más puro, sin ideologías, porque ambas sociedades, la norcoreana y la surcoreana, ya quieren descansar de tantas tensiones entre ambas”.
Ésta es la segunda película del director Je-kyu Kang, quien es muy reconocido. En su realización se invirtieron más de 3.5 millones de dólares, “lo que en ese momento era mucho dinero para hacer una película, además, marcó una nueva historia del cine en Corea, pues en poco tiempo logró una audiencia de más de 2 millones en las salas, por lo que fue muy famosa”.
Comentó que la película trata de la octava división de las fuerzas especiales de Corea del Norte, la cual secuestra un cargamento de CTX, un nuevo y potente líquido explosivo, y amenaza a Corea del Sur en un intento de reunificar los dos países. Ryu y Lee, los personajes principales, son agentes secretos del servicio de inteligencia surcoreana. Ellos deberán reducir a los terroristas y encontrar el CTX. Mientras tanto Hee, otro de los personajes, es una francotiradora de la octava división y reaparece para dar caza a Ryu.
La comentarista añadió que en esta película es importante observar los dos ejes que maneja: amor e ideología. Comentó que es curioso que hoy la ideología ya no es nada, pero que en Corea, por la historia de hace 70 años, durante la guerra sucedida entre 1950 y 1953, la ideología lo era todo, incluso por encima de las vidas humanas. “Todavía hay gente que así piensa y vive, para quien incluso la guerra no ha terminado, y por ello estamos como en tregua, y en cualquier momento podría volver a estallar”.
Por último, dijo que también hay familias que aún viven separadas por la misma situación, familias que no se han visto en años y que a veces no saben si sus familiares siguen vivos, ni mucho menos cómo están. “Es una situación triste y de gran dolor que unos estén en Corea del Norte y otros en Corea del Sur, y no hay manera de cómo se comuniquen, ni por correo electrónico”. BP