Generaciones enteras de niños de todo el mundo pasaron horas de goce y disfrute frente a una pantalla con el Pac-man, Galaga y Donkey Kong.
De hecho, muchos de los programadores, científicos e investigadores más importantes del mundo dieron sus primeros pasos informáticos con este tipo de entretenimiento. No obstante, al igual que ocurre con muchos otros juegos, con el tiempo se les da de lado y se sustituyen por otros.
¿Cómo evitar que esos clásicos caigan en el olvido total?
Para que no terminen en ese espacio abandono, un grupo de científicos europeos desarrollaron herramientas necesarias para que las generaciones venideras puedan acceder a estos juegos. Gracias a un proyecto financiado con fondos europeos ya existen las herramientas necesarias para que la generación actual y las venideras accedan a estos juegos ahora y en el futuro.
Museos y bibliotecas
La labor realizada por aficionados, bibliotecas, museos y archivos nacionales ha permitido conservar óptimamente gran parte de este patrimonio digital.
Se han recopilado muchas copias de software antiguo en calidad de objetos de arte de la primera era digital, desde los primeros videojuegos hasta los paquetes de aplicaciones de software profesional de alta gama.
Este material está almacenado en disquetes y cartuchos y, a no ser que se disponga de la consola, el ordenador o incluso el monitor de la época correspondiente, resulta extremadamente complicado cargarlos.
Emuladores
Pero ¿qué pasa cuando el equipo viejo se rompe y no se puede arreglar? El proyecto propuso una solución: los emuladores. Un emulador es una aplicación de software que se ejecuta en los ordenadores modernos, incluso en la web, para simular el hardware y los componentes del sistema de los ordenadores caducos. Se trata de una máquina virtual.
El emulador de un Commodore 64 permitirá la ejecución de los juegos de Commodore 64 y el emulador de una Gameboy hará que Super Mario Land recobre la vida, y además con la comodidad de poder elegir el dispositivo que mejor convenga en el momento.
En KEEP se percataron desde un principio de que los emuladores, al ser también software, pueden acabar obsoletos. Para evitarlo, los socios del proyecto se propusieron construir emuladores a «prueba del paso del tiempo», que puedan ejecutarse en las máquinas del mañana.
Así utilizaron la máquina virtual de KEEP como plataforma, una solución que puede ejecutar un software de emulación, pero que además es capaz de adaptarse fácilmente a las especificaciones futuras y aún desconocidas que precise una arquitectura informática.
«KEEP se propuso ofrecer todas las herramientas necesarias para no quedarnos atrapados en un software antiguo», explicó Elisabeth Freyre, de la Biblioteca Nacional de Francia y coordinadora del proyecto, quien añadió: «Nos dimos cuenta de que no podemos fiarnos del hardware que se ha quedado obsoleto para ejecutar el software, ya que el hardware es en sí un artefacto del pasado. Así que tenemos que confiar en los emuladores para recobrar los objetos digitales tanto estáticos como dinámicos del pasado como son los archivos de texto, sonido e imagen, los documentos multimedia, sitios web, bases de datos, videojuegos, etcétera».
KEEP ha desarrollado un conjunto de herramientas que ayudará a los archivistas a extraer datos procedentes de diferentes tipos de «soportes» (la forma en que se empaqueta el software) y convertir los datos en un formato de codificación común utilizable y multiplataforma. Así se logra que el juego no quede preso del dispositivo para el que se fabricó, ya fuese éste una máquina recreativa o un Commodore 64.
Con información de NeoMundo
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