La clave de unas finanzas personales sanas radica en tener claridad sobre tus necesidades de gasto y tus ingresos, además de establecer un orden sobre los gastos que deben ser prioritarios y los que no. Lo ideal para lograrlo es hacer un ‘Presupuesto’.
Recomendaciones básicas para hacerlo:
Anotar durante un mes, todos tus gastos y pagos que debes realizar.
Considerar los meses del año en los que se te presentan gastos “extra” (cumpleaños, fiestas, vacaciones, útiles escolares, etcétera) y sumar los totales, por mes y por año.
Sumar los ingresos totales con los que puedes contar en un mes cualquiera y considerar si en algún mes del año tendrás ingresos adicionales o menores.
Sobre esa base, lo que sigue es revisar si tus ingresos y tus gastos empatan y revisar en qué áreas estás gastando más de lo que deberías o si puedes recortar gasto en algún aspecto.
Identificar los meses en los que puedes guardar un poco más de dinero, y programarte para enfrentar los meses en los que tus gastos serán mayores.
Una parte fundamental de la elaboración de un presupuesto, es considerar el ahorro casi como si fuera un gasto, como pagar la luz o el gas.
Si todos los meses destinas en automático una parte de tus ingresos al ahorro, cuando te des cuenta, tendrás dinero ahorrado que puede servir para imprevistos, vacaciones, comprar un bien duradero o ahorrar para tu retiro. BP