La avería y rotura de un motor en pleno vuelo de un Airbus 380, el avión de pasajeros más grande del mundo, desató ayer la alarma internacional. La compañía australiana Qantas suspendió los vuelos de su flota de estos aparatos después de que uno de sus superjumbos tuviera que realizar un aterrizaje de emergencia en Singapur con una turbina seriamente dañada.
Ninguno de los 440 pasajeros ni de los 26 miembros de la tripulación resultó herido.
Las demás aerolíneas que cuentan con el A-380 consideraron que no era necesario ordenar el aterrizaje de sus aparatos, salvo Singapore Airlines, que decidió mantener en tierra sus aviones de este modelo hasta que sean revisados a fondo.
Se trata del incidente más grave del A-380 desde que comenzaran sus vuelos comerciales en 2007 y un duro golpe para la industria aeronáutica europea en su batalla contra Boeing. En la imagen, bomberos enfrían gigantesco motor incendiado.
Con información de El País.
