Jalisco.- El director general jurídico del sistema penitenciario de Puente Grande, Roberto Lares Gil, dio a conocer que los internos están utilizando la tecnología de videollamadas para poder hablar por teléfono con sus familiares, ante la suspensión de las visitas presenciales por la contingencia sanitaria del COVID-19.
“Se ha implementado un sistema de videollamadas, de hasta cinco minutos, al exterior del complejo penitenciario se encuentran algunas computadoras donde los familiares se pueden comunicar por medio de la plataforma Skype con videoconferencia con sus familiares al interior de los cuatro centros penitenciarios, pero desde el interior de los reclusorios en algunos centros se han implementado los mecanismos por parte de la Dirección y del Comité Técnico de hacer video llamadas hasta por Whats App con sus familiares para que tengan una comunicación constante con ellos”.
Hasta el momento se han realizado aproximadamente cinco mil comunicaciones digitales, para dar tranquilidad tanto a los convictos como a las personas allegadas.
Lares Gil agregó que también se están apoyando con tarjetas telefónicas a los internos que no cuentan con recursos para que puedan comunicarse con sus familiares.
Fueron un total de 200 apoyos a personas privadas de su libertad que no cuentan con recursos para que puedan contactar a sus seres queridos.
“Hemos generado diversos mecanismos de comunicación para que los internos y los familiares tengan una comunicación diferente, de hecho nuestro director general proporcionó más de doscientas tarjetas telefónicas gratuitas para todas aquellas personas que al interior de los centros carezcan de esta vía de comunicación. Las empresas telefónicas que se encuentran dentro de los centros penitenciarios han otorgado hasta un 50 por ciento de descuento los fines de semana para que puedan llamar a sus familiares”.
Para reactivarse los ingresos a los centros carcelarios esto será de forma gradual hasta que las autoridades levanten la alerta sanitaria.
Entre las llamadas por internet también se tienen registros de reos originarios de Colombia, Perú, Argentina y Estados Unidos de Norte América.
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