Colima.- La obra pictórica “Susana y los viejos” (1636), la recreación que hizo Rembrandt de la escena del Libro de Daniel (Antiguo Testamento) en la que dos ancianos acosan sexualmente a una mujer, preside la página de Facebook “Acoso callejero Colima”, en la que mujeres colimenses relatan las historias de acoso que padecen en las calles de esta ciudad.
En entrevista con AFmedios, la creadora de Acoso Callejero Colima, Gabriela Alegría, califica esta página como un “muro de la vergüenza”.
Las historias que se encuentran en ella coinciden en un punto: no hay final feliz.
“Iba a bajar del camión. Un grupito de chavos estaba sentado hasta atrás. Mientras esperaba para bajar, y me di cuenta de que me estaban tomando fotos por debajo de la falda. Me dio muchísimo miedo. No pude hacer nada. Sólo pude bajarme rápido y llorar. Todavía odio no haberme defendido”, narra una de las historias que dan cuenta del acoso.
Una de las consecuencias del acoso callejero, considera Gabriela Alegría, es que el derecho de caminar libres, sin que nadie moleste en la calle, “hasta ahora es un privilegio sólo de los hombres”.
Y da ejemplos de acoso que han padecido ella y mujeres de su entorno:
“Miradas, te hablan… Y aunque es muy raro que te toquen, sí ha pasado: que se sienten cerca de ti, que estiren la mano. Un día un señor se quitó el zapato y me estaba tocando con los pies”.
Pese a que considera que el acoso es grave, asegura que mucha gente “piensa que no es algo digno de señalar”; incluso, advierte, “los hombres dicen que es algo normal. La constante es que dicen que es su derecho: ‘A las mujeres felices y bonitas les gusta que les digan cosas’”.
Pero Alegría y las mujeres que aportan sus historias a este muro de la vergüenza se rebelan contra esta idea. Enfática, señala que “a nadie le parece que la fastidien por la calle”.
La creadora de esta página lamenta que se culpe del acoso a las agredidas y a las circunstancias que envuelven la agresión, como su ropa, su forma de caminar o el lugar por el que caminaba. “¿Por qué la chica siempre tiene la culpa de que la fastidien? Hay muchas chavas que dicen: ‘Yo les contesto, les miento la madre’. Pero no me gustaría aprender a defenderme de desconocidos por la calle. Preferiría caminar tranquila. Es un derecho básico que ahora sólo es un privilegio de hombres”.
Ante este panorama, Alegría puso voz a las mujeres que se sienten agredidas cuando caminan por las calles y creó la página, con la que pretende que el fenómeno sea “lo más visible que se pueda”.
Con respecto a las formas de reducir el acoso, Alegría considera clave educar a las mujeres «haciéndoles ver que no es algo aceptable, que no es algo que se tengan que aguantar, que no es algo bonito. Para que te digan algo bonito, tienes a la gente que quieres. Pero piensan que tienes que agradecerlo, que tienes que sentirte agraciada”.
Y considera que la empatía es clave para lograr el respeto: “Si hombres o mujeres fueran empáticos, no te molestarían. Dirían: ‘Híjole, yo tengo una hija, una madre, una hermana. No me gustaría que a ellas les hicieran esto’. Pero los hombres defienden el acoso como si se tratara de vida o muerte. Y casi creen que es un arte, el arte del piropo”.
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