Colima.- Perseo Quiroz Rendón, director de Amnistía Internacional México, impartió una conferencia magistral en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Colima sobre el informe de Amnistía Internacional «Fuera de control, tortura y otros malos tratos en México».
En la introducción a la conferencia, Perseo Quiroz expresó que las autoridades federales en seguridad le dijeron al organismo que no estaban de acuerdo con las cifras.
Semanas después del informe, se hizo pública la matanza de Tlatlaya, Estado de México, presuntamente perpetrada por elementos del Ejército Mexicano, y la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero.
Entonces Amnistía les contestó a las autoridades si aún pensaban que el informe entonces era alarmista o real.
El activista señala que ningún estado de la república se salva de este tema, y que en las entidades, las mismas comisiones de derechos humanos no realizan el trabajo como deberían hacerlo, pues deberían ser más «garantistas» con los ciudadanos.
«Creemos que hasta que el tema de derechos humanos no tenga un costo político y la población no realice la suficiente presión, vamos a seguir levantando muertos en este país», afirmó.
Quiroz señala que México es un país prioritario para Amnistía Internacional.
Explica que en los últimos 10 años, las denuncias por tortura han aumentado 600 por ciento con respecto a lo que se registraba hasta el año 2003.
Amnistía Internacional ha registrado que 10 mil personas afirman haber sido torturadas, y sólo siete casos han sido procesados por esta causa, lo cual calificó de ilógico.
«Desgraciadamente las comisiones de derechos humanos han hecho un trabajo muy pobre. Vemos alarmantemente que la cifra ha aumentado en 600 por ciento».
El director nacional de Amnistía considera que hay una muy pobre procuración de justicia, y que ante la falta de investigación, las autoridades recurren a la tortura como método de investigación.
Agrega que es más alarmante que los mismos jueces sigan recibiendo y haciendo válidas las pruebas obtenidas mediante tortura.
«Entonces tenemos las cárceles llenas de personas cuya culpabilidad se basa en una confesión obtenida mediante la tortura».
Incluso agrega que lo único cierto es que no se sabe si quienes están en las cárceles son culpables o no.
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