Por: Sean Osmin Hamud Ruiz
El día de hoy nos visita el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador. En mi calidad de presidente de CANACINTRA en Colma, estoy invitado, y asistiré, a una reunión privada que organiza el gobierno del estado con el sector productivo.
Definitivamente es muy importante que se genere el diálogo entre el nuevo régimen y las instituciones que representan a la sociedad civil, en este caso, al gremio empresarial.
Con un afán propositivo, el objetivo, por lo menos de este servidor, será el llevar las inquietudes de los industriales, en al menos tres aspectos que considero serán fundamentales en el futuro inmediato y que es deseable sean tomados en cuenta por esta presidencia que comenzará en poco más de un mes.
En primer lugar, preguntaré al presidente electo qué planes tiene para Colima en lo que se refiere al sector energía. Nuestro estado está listo y llamado a convertirse en un Cluster energético de relevancia, por decir lo menos, regional. Existe una de las termoeléctricas más importantes en lo que a generación de electricidad en la zona se refiere que atiende las necesidades del corredor industrial bajío-occidente.
Aquí se asienta una regasificadora, que, con un esfuerzo moderado de inversión y logística, también podría convertir esta instalación en estratégica y que surta el área económica mencionada del preciado gas, tan importante para la industria de transformación.
Está probado que la calidad de radiación solar que recibimos en este territorio, además de otras condiciones inherentes, califican para que la instalación de granjas solares sean un aspecto indispensable de analizar. A esto tendríamos que agregar la costa, que también puede ser, a través de las mareas, una importante fuente de energía renovable.
Segundo, el puerto de Manzanillo. Sabida es la posición estratégica geopolítica que nos llama a convertirnos en punto de referencia del movimiento económico global. Los chinos, en su plan estratégico, a mediano y largo plazo, denominado “La nueva ruta de la seda”, trazan una línea punteada que sale de Shangai y termina precisamente en Manzanillo. Las necesidades de infraestructura que se derivan de lo anterior descrito, resulta en la relevancia que se tiene que observar para el muy próximo desarrollo en el que debemos involucrarnos.
Y, en tercer lugar, el aprovechamiento de los diversos microclimas con los que se cuenta, para la consolidación de diferentes vocaciones agrícolas, pero que no terminen en la producción primaria, sino que contemplen necesariamente la incorporación de valor agregado. Tenemos que planear y ejecutar un plan estratégico que nos lleve a la industrialización, considerando la atención del mercado nacional y de exportación.
Así pues, preguntaré qué planes hay para detonar estos tres aspectos y cómo visualiza esta nueva administración federal nuestra posible contribución en ello.
Lo peor que puede pasarnos es quedar al margen. Es nuestra responsabilidad llamar la atención sobre lo que creamos es importante para lograr detonar el tan deseado desarrollo.