¿QUÉ VIENE?

¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin Hamud Ruiz

¿Se vale que el presidente de la república apoye a su esposa en sus anhelos? Sí, claro. ¿Se vale que el primer mandatario no conozca los detalles de operación de una de las miles de pólizas de seguros que se manejan en el gobierno federal? Por supuesto. ¿Se vale que Andrés Manuel viaje con protección y vehículos brindados a una de las zonas de mayor conflicto criminal del país? Definitivamente.

Lo que no se vale es la incongruencia, la deliberada mentira. Uno de los dichos más populares que utilizamos en el cotidiano reza que es de sabios cambiar de opinión, y claro que se puede y debe cambiar de parecer cuando se detecta el error o la imposibilidad en la aplicación del criterio original.

Pero cuando hay un cambio de postura, lo que corresponde, sobre todo cuando ese cambio implica la afectación de todo un país, es una explicación sustentada.

El presidente ha decidido, sin mediar ninguna justificación, mucho menos una humilde aceptación del error, cambiar posturas y ejecutar planes que antes de tomar protesta, eran ejes fundamentales de su plan de gobierno.

El sacar al ejército de las calles, el continuar con la construcción del aeropuerto en Texcoco si se financiaba exclusivamente con dinero privado, el tener una postura firme respecto a la política exterior antimexicana que ha venido ejecutando Donald Trump, la promesa de transparencia en la aplicación del gasto de gobierno, el reconocimiento en su primer mensaje como presidente ante el congreso de estar recibiendo un país estable y con rumbo, prometer generar las condiciones necesarias para que la economía creciera en al menos 4% anual, etcétera.

Nada de lo anterior se ha sostenido y a penas van seis meses.

No se vale.

El señalamiento no es vano. Como lo he venido diciendo desde hace un tiempo, todos tenemos la responsabilidad de hacer sentir el rechazo hacia estas circunstancias que se están provocando.

Presidente ¡Basta!

No pasa nada si corrige la plana, pero por favor, ya deje de mentir. No necesitamos hacer apuestas con Usted respecto a los resultados que se esperan de su gobierno, obviamente lo que queremos es que éstos sean tangibles.

Ya la demagogia demostró su utilidad. Ya detenta el poder. Asúmase y ejecute, con rumbo, con disciplina, con visión.

Estamos muy a tiempo.