Jalisco.- Por segunda ocasión, las autoridades aseguraron un rancho en Teuchitlán, Jalisco, que operaba como un centro de exterminio vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En el lugar se encontraron hornos de cremación utilizados para incinerar cuerpos, un método similar al empleado en campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial.
Durante las investigaciones realizadas por peritos en Criminalística del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, se localizaron alrededor de 100 maletas con ropa y al menos 400 pares de zapatos. Se presume que muchas de las víctimas fueron llevadas al sitio con engaños, tras ser reclutadas mediante falsas ofertas de trabajo en redes sociales.
El rancho, de aproximadamente 100 hectáreas, albergaba tres hornos subterráneos donde los restos de las víctimas eran incinerados a temperaturas superiores a los mil grados centígrados. También se encontraron aros de sujeción utilizados para inmovilizar a las personas antes de su ejecución.
Campo de entrenamiento y brutalidad extrema
En una bodega del rancho se hallaron maletas con ropa de quienes llegaron al sitio con la intención de ser entrenados como sicarios. Según testimonios, los aspirantes debían pasar pruebas extremas, incluyendo peleas a muerte contra otros reclutas.
Un sobreviviente que logró escapar relató las prácticas a las que eran sometidos:
«Para iniciarnos, el CJNG obliga a los ganadores a consumir carne humana de la persona que mataron. Lo hacen para insensibilizarnos y asegurarse de que cumpliremos cualquier orden de ejecutar a rivales o incluso a miembros de la organización que hayan cometido errores o tengan deudas de droga.”
Además, explicó que los reclutas eran sometidos a torturas físicas, como cortes en las piernas y rodillas para hacerlos sangrar, seguido de exposición a hormigas, con el fin de aumentar su tolerancia al dolor.
«Cuando un recluta supera todas las pruebas, se le hace una ceremonia de bienvenida y es asignado a una célula criminal en otros estados. Si demuestra gran habilidad con las armas, es enviado al ‘Grupo Delta’, especializado en ejecuciones de rivales, funcionarios o personas que representen una amenaza para la organización.»
Macabros hallazgos y una nota de despedida
El sitio fue visitado por madres del colectivo Guerreras Buscadoras de Jalisco, quienes quedaron impactadas por la magnitud de la violencia y los restos fragmentados hallados en el lugar. Una de ellas, tras ver las escenas dantescas, decidió abandonar la búsqueda de su familiar desaparecido.
Entre los objetos recuperados, se encontró una nota escrita por una de las víctimas, identificada como Eduardo Lerma Nito, originario de Cortazar, Guanajuato, quien desapareció en San Juan de los Lagos el 26 de febrero de 2024. La nota decía:
«Mi amor, si algún día no regreso, solo te pido que recuerdes cuánto te amo y digas que se me fue mi enojón, berrinchón y celoso. Atentamente, J.G.L.»
El mensaje, fechado el 2 de mayo de 2003, fue conservado por la víctima hasta el momento de su muerte.
Las imágenes del rancho recuerdan a las escenas de Auschwitz en 1945, cuando las fuerzas aliadas descubrieron montones de zapatos y pertenencias de las víctimas del Holocausto. La brutalidad encontrada en este sitio reafirma el nivel de violencia extrema con el que opera el CJNG en México.