Rebeldes sirios luchan para controlar pueblo estratégico en Hama

Los rebeldes avanzaban el jueves sobre un pueblo estratégico de la provincia central de Hama en Siria, dijeron activistas, con el fin de obtener una serie de logros territoriales que ayuden a cortar las líneas de suministro del Ejército y cimentar un punto de apoyo en la capital, Damasco, hacia el sur.

Los insurgentes han logrado una serie de avances en todo el país, controlando varias instalaciones militares y más arsenales, lo que fortalece la amenaza a la base de poder del presidente Bashar al-Assad en Damasco, 21 meses después de iniciada la revuelta contra su Gobierno.

Los rebeldes dijeron el miércoles que habían capturado al menos seis pueblos en la provincia de Hama. El jueves, fuertes combates se producían en Morek, un pueblo sobre la carretera que va de Damasco hacia Aleppo, en el norte, que es la ciudad más grande de Siria y otro importante frente de batalla.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo ligado a la oposición, dijo que los insurgentes estaban tratando de tomar puntos de control en Morek, y que ya habían logrado obtener, y describieron el pueblo como una posición clave para el Ejército sirio.

«El pueblo de Morek yace en la carretera de Damasco a Aleppo (…) tiene ocho puestos de control y dos centros de seguridad y militares. Si los rebeldes pueden controlar el pueblo, cortarían completamente las líneas de suministro entre Hama y Damasco hacia la provincia de Idlib», señaló el grupo en un comunicado.

Idlib se encuentra en el norte dominado por los rebeldes, en el límite con Turquía.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cuenta con una red de activistas en todo Siria, cuyos reportes son difíciles de verificar debido a las restricciones a los medios que aplica el Gobierno de Assad.

DIVISIÓN SECTARIA

Los enfrentamientos en Hama podrían agravar la lucha sectaria en Siria, dado que la provincia alberga muchas comunidades rurales de las minorías alauita -a la que pertenece Assad- y cristiana.

Las minorías, y particularmente la secta alauita, han respaldado al presidente, mientras que la mayoría suní de Siria ha sido el motor de la insurgencia.

«Los rebeldes están tratando de tomar Mohardeh y al-Suqaylabiya, que son bastiones del régimen y son estratégicos. Los residentes son cristianos y los pueblos vecinos son alauitas. Los rebeldes temen que las fuerzas de seguridad puedan estar dando armas a las personas allí», dijo el activista Safi al-Hamawi a través de Skype.

Agregó que la oposición teme que las escaramuzas que anteriormente se han producido entre suníes y alauitas puedan generar un conflicto sectario más amplio.

«Creo que aún es improbable, porque los residentes han tratado de mantener la neutralidad, pero si la batalla se vuelve un enfrentamiento sectario, podría ser una catástrofe. Cristianos y musulmanes podrían de repente encontrarse como enemigos», dijo el activista.

Investigadores especializados en derechos humanos de la ONU dijeron el jueves que el conflicto sirio se estaba volviendo cada vez más «abiertamente sectario», con más civiles buscando armarse y combatientes extranjeros -en su mayoría suníes- llegando desde 29 países.

Las profundas divisiones sectarias complicarían la reconciliación post-conficto incluso si Assad es derrocado, y el flujo de extranjeros incrementa el riesgo de que la lucha se expanda a otros países vecinos.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, principal aliado de Assad y proveedor de armas, advirtió que cualquier solución al conflicto debe asegurar que las fuerzas rebeldes y del Gobierno no solo meramente intercambien roles y prolonguen indefinidamente la lucha, en lo que pareció el primer comentario directo sobre una posible Siria post-Assad. {jathumbnail off}

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