Recibe Margarito la peor golpiza de su vida a manos Pacquiao

ARLINGTON, Texas – Antonio Margarito recibió la peor golpiza de su vida a manos de Manny Pacquiao, la noche del sábado en el Cowboy Stadium.

Era la segunda pelea que disputaba Margarito despúes de su supensión de un año que le impusó la Comisión Atlética de California por poner una sustancia extraña en sus vendajes en la pelea contra Shane Mosley, la cual perdió por nocaut en el noveno asalto.

El «Tornado de Tijuana» regresó a los entarimados el ocho de mayo de este año contra Robert García, el mexicano ganó por decisión unanime aquella batalla. Su siguiente pleito sería contra el mejor libra por libra del momento: Manny Pacquiao.

La pelea se pactó para el 13 de noviembre en el Cowboy Stadium ya que la comisión de Nevada no quiso avalar el combate.

Todo parecía bien en la preparación de «Tony» hasta días previos de la pelea un video circuló por internet, en éste, aparecía Margarito y su entrenador Robert García aparentemente burlandose del mal de Parkinson que sufre Freddie Roach, inmediatamente la situación levantó polémica, el entrenador de Pacquiao dijo que era algo que no se podía perdonar, pero que al venir de Margarito no lo sorprendía, pués sabía de su calidad humana.

El mexicano salió a defenderse, declaró que él jamás se burlaría de una enfermedad como el Parkinson, que editaron el video y lo hicieron quedar mal y que si alguien se había ofendido pedía perdón.

El equipo de Pacquiao y en especial su entrenador rechazaron las disculpas y «Pac Man» sólo atinó a decir que Margarito pagaría por sus burlas, y si que pagó con creces.

Momentos antes del pleito mientras Roach checaba el vendaje del mexicano, una botella extraña apareció en el vestidor de Margarito, la sustancia era hidroxicut, elemento que se utiliza para bajar de peso, por momentos se respiró tensión, el establo del filipino pidió que se le hiciera una prueba antidoping inmediatamente al azteca, la comisión se negó y dijo que si algo malo pasara se sabría en las pruebas que se hacen después de la batalla.

Antonio Margarito subió al cuadrilatero con bata negra, calzoncillo del mismo color con la bandera mexicana en el costado, Manny Pacquiao vistió una funda y short blanco con vivos en dorado.

La campana dio inicio a la batalla, desde el primer episodio la velocidad del tagalo fue factor, Margarito salió con la guardía bien ceñida al cuerpo y al rostro, de poco le sirvió, los guantes de Manny entraban a placer a la humanidad de su contrincante, que por más esfuerzo que hacía no podía quitarse los misiles de la cara.

El cuarto asalto fue uno de los peores para el «Tornado de Tijuana» una granizada de cuero cayó sobre su cuerpo, los puños del «Pac Man» entraron como mano de santo sobre el mexicano, el pómulo derecho tenía una cortada, a pocos segundos que terminará el episodio un gancho de derecha se impactó la mandibula del azteca, las piernas se le hicieron de chicle, el tagalo intentó terminar su obra pero el sonido de la campana detuvo el huracán filipino, ese mismo sonido fue música celestial para Margarito que herido y con trabajo llegó a su esquina.

Manny Pacquiao parecía el verdadero tornado, sus puños se dieron un festín con la cara del mexicano, quien sacó el orgullo y el corazon en el sexto y septimo capítulo, arrinconó en las cuerdas a su contrincante y lo tundió con dos ganchos al hígado, Paquiao caminó para atrás, pero fue sólo un espejismo, una mala esperanza que el asiatico le daba a Margarito y a todos los mexicanos.

El «Demonio de Filipinas» fue una máquina de tirar golpes, sus brazos eran unos pistones incanzables, sin embargo mostró piedad, los dos últimos rounds se dedicó a consentir a Margarito, quien con un sólo ojo trató de encontrar un milagro para vencer a Paquiao, la pelea era una cruz que el mexicano ya no debió cargar a partir del octavo rollo. Nadie en el estadio ni en ninguna parte del mundo entendió por que la pelea no se paró, el mexicano era un niño indefenso frente a un león. La pelea acabó, la decisión fue clara, bastaba ver la cara del «Tornado», su rostro era una masa deforme llena de sangre, los dos ojos casi cerrados y la boca rota.

Al terminar el combate Antonio Margarito fue al hospital, el mexicano sufrió de una fractura en el orbital derecho, se quedó bajo observación y posiblemente salga de la clínica en uno o dos días, ¿Su futuro? incierto, después de un año de descanso forzado y una paliza inolvidable tal vez lo mejor sea dejar el boxeo.

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