El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, señaló este lunes 4 de octubre, que si bien este año la economía mundial crecerá entre 5% y 6%, en realidad no se trata de una buena noticia porque la otra cara de la moneda muestra una enorme inequidad en ese repunte.
“Una recuperación desigual significa dejar atrás a gran parte de la humanidad”, señaló Guterres durante la inauguración de la 15ª Conferencia de las ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), a la que se refirió como la olimpiada de las discusiones no sólo sobre comercio y desarrollo, sino también de inversión, políticas y tecnología.
Tras enumerar una serie de problemas como la pobreza, los conflictos, el cambio climático y la polarización de las sociedades, subrayó los estragos que causó a la economía mundial la llegada de la pandemia de COVID-19, al margen de haberse cobrado ya casi cinco millones de vidas.
No obstante la gravedad de la situación, las medidas aplicadas para remediarla no han sido las mejores, continuó.
Cambio de rumbo
“Nos estamos moviendo en la dirección equivocada. Ante nuestros ojos se escapan décadas de progreso en el desarrollo que se han ganado con esfuerzo. Y los Objetivos de Desarrollo Sostenible corren el riesgo de fracasar. Necesitamos revertir esto con una recuperación global audaz, sostenible e inclusiva que beneficie a muchos, en lugar de a unos pocos”, enfatizó Guterres.
Recalcó que hasta el momento, el 80% de las inversiones para la reactivación económica se ha quedado en los países de desarrollados, no en los que más lo necesitan, además de también han acaparado la vasta mayoría de las vacunas contra el COVID-19.
“Sin embargo, más del 90% de los africanos no ha recibido todavía su primara dosis. Es una crueldad, y a medida que las variantes se afianzan y se extienden, también es una receta para el desastre que nos amenaza a todos”, advirtió, insistiendo en la necesidad de un plan global de vacunación.
Cuatro desafíos
El Secretario General añadió, empero, que las vacunas son apenas el primer paso de una carrera muy larga en la que identificó cuatro claros desafíos que, de no abordarse, darán al traste con cualquier noción de prosperidad para todos:
- el endeudamiento
- los sistemas necesitados de inversiones
- el comercio desleal
- la emergencia climática
Para el endeudamiento Guterres propuso un plan de acción urgente que incluya reasignar los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional que aún no se hayan usado a los países que más los necesiten (así sean de renta media); extender al año entrante y a más países la iniciativa del G20 de suspensión del servicio de la deuda; establecer mecanismos de alivio de deuda; y promover alianzas de los sectores público y privado que implementen herramientas financieras para acelerar la recuperación.
En cuanto a la necesidad de inversiones, aseveró que se debe ayudar a los países para que inviertan en educación, protección social universal, atención médica y trabajo decente.
Impuestos y comercio justos
“Necesitamos poner a las personas por encima de las ganancias”, puntualizó y abundó que para ello hacen falta sistemas tributarios justos, incluido un marco de trabajo global de gravamen a las empresas, así como acabar con la evasión fiscal, el lavado de dinero y los flujos financieros ilícitos.
Al hablar del comercio desleal, aseveró que el actual sistema de intercambio mundial perjudica a los países más pobres con reglas y barreras injustas, precios volátiles de la materia prima que exportan, infraestructura y sistemas de transporte obsoletos y falta de acceso a herramientas digitales.
“Debemos ayudar a los países en desarrollo a modernizar su infraestructura y sus flujos comerciales, reduciendo costos y aumentando la eficiencia. Es vital para apoyar su transición a economías verdes basadas en energías renovables y sostenibles”, dijo Guterres.
Economía verde
Con respecto a la emergencia climática, el titular de la ONU sostuvo que es imperativo construir una economía verde e instó a pasar de las palabras a la acción.
“A menudo actuamos como si tuviéramos otro planeta esperándonos. No lo tenemos. Una recuperación ecológica y resiliente implica comprometerse con lograr emisiones de carbono netas cero para mediados de siglo”, precisó.
En este renglón, reiteró su exhortación a aprovechar la Conferencia sobre Cambio Climática COP26 que se celebrará en diciembre en Glasgow, Escocia, para hacer planes más ambiciosos que abarquen, entre otras disposiciones, la eliminación de los subsidios a la industria de combustibles fósiles, no abrir más plantas nuevas de carbón y respaldar a los países más vulnerables al cambio climático con inversiones para la adaptación al fenómeno y aumento de resiliencia.
Guterres concluyó con un voto de confianza: “Podemos avanzar para poner fin a las desigualdades que obstaculizan el crecimiento sostenible y la prosperidad para todos”.