Por Héctor Romero Fierro
Cada año, iniciando el mes patrio, el Secretario de Hacienda en turno, presenta ante la Cámara de Diputados el “paquete económico” del siguiente año, el cual incluye: La Ley de Ingresos de la Federación y el Presupuesto de Egresos, los criterios generales de política económica y en su caso las iniciativas de reformas legales relativas a las fuentes de ingresos que se pretendan incluir o modificar, situación que da origen a las iniciativas de reformas a las leyes fiscales.
El plazo para realizarlo es el 8 de septiembre, de acuerdo con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. El presupuesto de Egresos es competencia exclusiva de la Cámara de Diputados y deberá ser aprobado antes del 15 de noviembre. Por cierto, de un análisis rápido, no encontré nada bueno para Jalisco, ya que no se asignan recursos ni para la esperada Línea 4 ni para terminar la presa El Zapotillo. En el Presupuesto de Egresos encontramos grandes recortes al INE, a la CNDH, a la COFECE y al IFT, pero eso sí, asignan 578 mil millones de pesos a los programas sociales de López.
Tanto la Ley de Ingresos, las reformas a las leyes fiscales y el Presupuesto de Egresos deberán ser aprobados y publicados antes del 31 de diciembre, y dentro de las iniciativas de reformas a las leyes fiscales encontramos modificaciones a Ley del Impuesto sobre la Renta, Ley del Impuesto al Valor Agregado, Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, Ley Federal del Impuesto sobre Automóviles Nuevos, Código Fiscal de la Federación.
Estimación de crecimiento del PIB del 4.1 por ciento para 2022, calculan un tipo de cambio con el dólar de solo $20.30; el precio promedio del barril de petróleo de 55.1 dólares, variables todas estas dependientes de que la economía de Estados Unidos siga creciendo, y a pesar de la alta inflación que se espera para el cierre de 2021 se estima que el rendimiento de CETES a 28 días sea del 5 por ciento.
Contrario a la tendencia internacional se pretende que más del 52.6 por ciento de la recaudación provenga del ISR y solo el 43.9 por ciento de los Impuestos al Consumo (IVA, IEPS e ISAN) cuando lo recomendable en un país que quiere estimular el crecimiento es que sea superior la recaudación por los segundos que por ISR.
En el ISR se deroga el Régimen de Incorporación Fiscal, para dar cabida al “Régimen Simplificado de Confianza para personas físicas” donde pagará ese impuesto con tasas que oscilaran entre 1 por ciento para ingresos anuales de hasta 300 mil pesos y hasta 2.5 por ciento para ingresos entre 2.5 mdp y hasta 3.5 mdp. Dice el SAT que como incentivo adicional estos contribuyentes podrán participar en sorteos fiscales, participar en remates del SAT, no estarán sujetos a declaraciones informativas y no llevarán contabilidad electrónica.
Me queda claro que al estar la base del impuesto ligada a los comprobantes fiscales CFDI que expidan por sus ingresos y no poder considerar deducciones, este tipo de contribuyentes dejara mucha más recaudación que el RIF, sin embargo, no existe ningún incentivo real para que se incorporen a él aquellos que aún se encuentran en la economía informal, que son varios millones. Se dan muchísimos dientes al SAT que comentaremos en próximas entregas por falta de espacio.