Regalo de despedida

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Por: Rubén Pérez Anguiano*

  • La dirigencia de Morena convocó a los futuros integrantes del congreso (senadores y diputados) a intensificar sus esfuerzos para lograr la aprobación de las reformas pendientes, entre ellas la relativa al Poder Judicial, como un regalo de despedida para el presidente Andrés Manuel.

  • Así, reformas esenciales para el destino político del país y controvertidas ―por decir lo menos― desde una mirada republicana, se muestran como una corbata o una foto autografiada con la cual agasajar al jefe próximo a jubilarse.
  • Reformas con un contenido delicado, que alteran décadas de historia republicana, merecen una discusión seria, profunda y cautelosa. Merecen, vaya, una reflexión sin prisas, atendiendo todas las voces involucradas e incluyendo todos los puntos de vista.
  • Cierto, eso casi parece una utopía en un país donde las decisiones son poco sometidas al consenso y en donde foros y consultas parecen más un ejercicio de legitimación que de análisis y reflexión.
  • Los foros realizados no cumplieron con los propósitos de una real consulta y el resultado es evidente: quienes integran al Poder Judicial Federal entraron en conflicto con los promotores de la reforma, en una actitud decidida que ya está generando amplias muestras de solidaridad de agrupaciones jurídicas, poderes judiciales locales y facultades de derecho.
  • Pero la azarosa reforma judicial es apenas una muestra: los otros cabos del Plan C avanzan casi sin oposición, como la sobrerrepresentación en el ámbito legislativo y la progresiva desaparición de los órganos autónomos, entre los que destacan el INAI y el Coneval, que atiende el estudio de la pobreza en México.
  • La desaparición de estos organismos implicará que sus funciones retornen, en una suerte de involución, a las oficinas centrales del gobierno federal. Si se consuma dicha desaparición (actualmente sólo se aprobó en comisiones, a la espera de la mayoría legislativa en el siguiente periodo) se perderán pasos importantes en la vida republicana del país, pues dichos organismos garantizaban espacios autónomos de influencia frente a las directrices de una administración gubernamental.
  • En fin, esos detalles no parecen importantes frente a la opinión generalizada del país donde se aprecia un encogimiento de hombros. Por su parte, en los espacios opositores domina un cruce de brazos. En ambos gestos se aprecia desdén y desinterés.
  • Son pocos los espacios de reflexión y muy pocas las personalidades intelectuales que se atreven a dar la cara frente a estos incómodos debates, pero bueno, así son las luchas políticas que valen la pena y esas voces aisladas terminan por darle sentido a la historia.
  • Es curioso, pero en tiempos de locura la cordura parece una locura más.

 

*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 56 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.