TAREA PÚBLICA
Por: Carlos OROZCO GALEANA
No se si usted, estimado lector, permaneció indiferente u otorgó su beneplácito por el acuerdo del INE de negar el registro como partido político a México Libre, un mamotreto armado por la expareja presidencial, Felipe y Margarita, para seguir medrando en la política nacional. Lo que si vi fue que en las redes sociales se dio un repudio generalizado y se mostró un gusto enorme por esa decisión.
El presidente de México aseguró que la negativa del INE del registro a ML es “un triunfo del pueblo de México”. A través de un video, AMLO afirmó que “cambiaron las cosas y que ya son otros tiempos”, los que atribuyó a las nuevas circunstancias, a la fuerza de la opinión pública y al cambio de mentalidad”.
Ese partido que no fue, ya se había distinguido los últimos meses por presentar ante el INE documentación sin sustento legal. De hecho, desde las primeras asambleas de ML los trabajos tenían ya el tufo de la irregularidad, pero tras maroma y media, los Calderón pudieron situar en la antesala de la aprobación a su asociación política para constituir un nuevo partido político (como si no tuviéramos en demasía).
Un antecedente que clarifica la sanción del INE es que en sesión del 20 de agosto, acordó sancionar a esa organización por recibir aportaciones por 1 millón 61,000 pesos mediante un dispositivo denominado Clip, y de otras personas no identificadas por 12 millones 332, 727.73 pesos.
«El dispositivo Clip no genera condiciones para identificar con certeza a la persona aportante. Sin embargo, aun teniendo conocimiento de esta circunstancia, la organización Libertad y Responsabilidad Democrática ( que se convertiría en México Libre) determinó contratar y utilizar dicha aplicación, a pesar de que con ello se obstaculiza la facultad de fiscalización de esta autoridad”. Este argumento pesó bastante en la negativa referida.
Si fuésemos una república en donde brillara la democracia, no hubiera habido mayor problema para la existencia de cuantos partidos quisieran luchar por ideales, pero no es el caso. En México hay varios de ellos donde abunda lo “peorcito” de la política; son franquicias con dueño, trafican con candidaturas, no son transparentes, postulan a infinidad de personajes sin sustento moral, al ahí se va, van tras su botín anual del INE, o sea de los ciudadanos, originándose situaciones muy injustas y desagradables para las comunidades pues se elige equivocadamente a representantes. licenciosos que vuelven nulo todo afán de superación social.
El poder logrado a través de elecciones, se negocia luego en lo oscurito, no faltan los moches, el te doy si me das, no se ejerce para buscar mejorías. Se apropian de él verdaderas mafias, cuyos más conspicuos representantes terminan siendo caciques de horca y cuchillo como los Gamboa, los Moreira, los Beltrones, los Salinas, los Fernández de Ceballos, entre otros. Todas las entidades los sufren en mayor o menor medida.
Por ello hay regocijo en el país con el tropiezo de los Calderón. Una lacra menos circulando. . . por ahora. Este hombre, Felipe, carece del mínimo vestigio ético pues ni suda ni sea congoja por ser señalado cómplice de al menos uno de los carteles más famosos, distinción que lo llevará a sentarse ante un juez estadounidense el mes próximo. Calderón está en un dilema serio pues nadie le creerá su dicho de que jamás se dio cuenta de las operaciones ilícitas de su consentido Genaro García Luna, quien al parecer le obedecía y actuaba por él.
También debe haber satisfacción en muchos porque el presupuesto destinado a partidos no se destinará a una formación política más, a un partido nuevo que al paso de los años significaría una sangría al dinero de los contribuyentes. Y es que son un verdadero estigma, no proyectan solo ambiciones de sus altos dirigentes quienes difícilmente, algún día, actuarán con responsabilidad respetando los ideales democráticos.
Pero jure usted que los Calderón volverán a la carga para cumplir el dicho aquel que los animales, sin poder evitarlo, seguirán comiendo lo que más les agrade aunque les quiebren el frente de la cara.
Con la anulación de ese partido en ciernes, se confirma que estos no han hecho caso a las exigencias sociales por alcanzar un cambio verdadero que oriente la política por cauces de justicia buscando la paz. México está maltrecho, el territorio nacional está anegado de sangre por todas partes y hay sed de justicia y paz.
Queda la lección del INE para las asociaciones políticas de que no se permitirán trampas para que fácilmente cualquiera pueda organizar un partido político y quiera tomar la democracia como botín de guerra. Buen trabajo de Lorenzo Córdoba y demás consejeros en este asunto. Y también, un comportamiento excelso con la anulación de las Redes Sociales Progresistas, otro mamotreto fracasado que esperamos no volver a ver jamás.