Por Héctor Romero Fierro
Recordamos el cuento de terror que narramos en esta misma columna, donde los personajes centrales de la leyenda eran, el “Alegre Jorgito” (del que dicen en mi rancho RIP, aunque lo dudo, ya que murió sin honrar su palabra con mucha gente y pagar todo lo que se había comprometido) y su ex pareja, la Reina de los gases, que como muchos recordarán así la apodaban los que la rodeaban por su alta generación de gases estomacales y quien fuera la última pareja del “Alegre (RIP) Jorgito” y con quien también tuvo hijas, pero se distanciaron ya que en palabras del propio empresario afectado lo había desfalcado con una cantidad multimillonaria de dinero, además de que le había tratado de despojar de su empresa, una de esas de muchos niveles, y del equipo de pelotas del que era propietario el fallecido incumplidor de pagos.
A raíz de esto, dicen por estos lares, “se pegaron hasta con la cubeta en todos los juzgados que existían, tanto en el reino donde narrábamos la historia, como en un reino raro que los súbditos de este le dicen Niuyorc”.
Platican los letrados de ambos personajes del cuento, que ya habían llegado a un arreglo y que el “Alegre Jorgito” le había quedado a deber “una lana” a la señora de los chorros de agua, y como era su costumbre, nunca le pagó.
La salud del “Alegre Jorgito” desmejoró después por tanta bronca y por desgracia falleció, afortunadamente para los hijos los nombró herederos de lo poco que dejó en pie el paso por el corporativo del huracán depredador, personificado en la Reina del gas.
Ahora aparece nuevamente por el Reino “La Gaseosita”, mediante video en redes sociales, cuidadosamente elaborado y previendo defender su imagen pública, lanza una amenaza para los hijos del “Alegre Jorgito”, señalando que viene por la herencia que les correspondería a sus hijas y a cobrar lo que le quedaron debiendo a ella.
Si el adeudo realmente existe, lo puede reclamar a la masa hereditaria y si el incumplido empresario no incluyó a las hijas en el testamento, pues simplemente no heredaron nada, ya que, en ese Reino, lo que se respeta es la última voluntad de la persona y no el parentesco.
La única forma en que se reconozca parte de la herencia a favor de las princesas norteñas sería en el caso de no existir testamento (intestado) o que el existente se declarara nulo, cosa prácticamente imposible, esa es la ley en el reino de la historia.
Yo mientras me compraré mis palomitas de maíz y cómodamente sentado veré un capítulo más de este cuento.
En otro tema, es increíble que la policía de Guadalajara en lugar de dedicarse a la persecución de verdaderos delincuentes realice operativos impresionantes, más de 10 vehículos y hasta perros policía, para intentar detener “aparta lugares” por el rumbo de la colonia Providencia, afuera de un restaurante.
Fui testigo de la forma prepotente del personal de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Guadalajara cuando intentaba detenerlos, por una supuesta falta administrativa, y como uno de los lavacoches estaba a bordo de un automóvil, el inspector ordenó que se llevaran el vehículo “como prueba”.
Ahora me explico por qué cuando pides ayuda policiaca tardan horas en llegar. Se encuentran deteniendo peligrosísimos delincuentes armados con una cubeta y agua.