Reproducción a la baja

Desde las últimas décadas del siglo pasado se observa una reducción en los patrones reproductivos de la población; la tasa global de fecundidad, entendida como el número promedio de hijos que tendría una cohorte de mujeres durante su vida reproductiva, indica que en 1960 las mujeres tenían en promedio poco más de siete hijos, actualmente la fecundidad es de 2.3 hijos por mujer y su descenso ininterrumpido durante estas últimas décadas la colocan como uno de los componentes demográficos que más ha influido en el monto y estructura de la población.

El descenso de la fecundidad se encuentra estrechamente vinculado a una mayor cobertura en los servicios de salud, los cuales han fomentado el conocimiento y el uso de métodos anticonceptivos: entre 1976 y 2009 la proporción de mujeres unidas en edad fértil que usan métodos anticonceptivos pasó de 30.2 a 72.5 por ciento. Otros aspectos que incidieron en los cambios reproductivos de la población fueron el aumento paulatino de su escolaridad y que las mujeres tuvieran una mayor participación en la vida económica, social y política del país.

Sobre la escolaridad de la población, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) comenta que las niñas y adolescentes que han recibido educación tienen menos probabilidades de casarse precozmente y quedar embarazadas en la adolescencia, y más posibilidades de contar con conocimientos amplios y correctos sobre el VIH/SIDA y de tener hijos saludables.

Datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2009 señala que el uso de métodos anticonceptivos es mayor entre las mujeres con más escolaridad: 74.4% de las mujeres unidas en edad fértil que cuentan con secundaria o más son usuarias de métodos anticonceptivos, esta proporción disminuye a 60.5% entre las que no tienen instrucción.

Para reducir los riesgos en la salud materno-infantil, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) comenta que la edad de la madre (menor de 18 años o mayor de 35 años), haber tenido más de cinco partos y tener un breve intervalo entre ellos (menos de tres años entre los embarazos) son factores, entre muchos otros, que ponen en riesgo la salud de la madre y su hijo.

Por tal motivo, resulta indispensable atender la demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos para que un mayor número de mujeres, conforme a su edad y paridez, puedan limitar o espaciar su fecundidad y así reducir los riesgos asociados a su salud materno-infantil.

Datos de la ENADID 2009 señalan que la demanda insatisfecha de las mujeres unidas en edad fértil, según paridez, es de 9.9% en las que tienen cuatro o más hijos; por edad, las adolescentes de 15 a 19 años y las que se encuentran al final de su vida reproductiva (45 a 49 años) tienen una demanda insatisfecha de 24.6 y 3.2%, respectivamente.

Un tema trascendental en materia de política pública es el embarazo adolescente (15 a 19 años), muchas de ellas inician su actividad sexual sin la debida protección, exponiéndose no sólo a un embarazo no deseado, sino también a enfermedades de transmisión sexual.

Según la ENADID 2009, del total de adolescentes que han tenido relaciones sexuales, 61.8% no utilizaron anticonceptivos en su primera relación sexual.

Información de la misma encuesta señala que durante el quinquenio 2004-2008, 15.5% de los nacimientos provienen de madres adolescentes. Es necesario señalar que la mayor proporción de los nacimientos se concentra en el grupo de mujeres de 20 a 24 años de edad (28.5%) y en orden de importancia le siguen las mujeres de 25 a 29 años (26.2 por ciento); conforme avanza la edad su participación relativa se va reduciendo hasta llegar al mínimo de 0.2% que se refiere a la proporción de los nacimientos de las mujeres de 45 a 49 años.

Derechos Reservados AFmedios

{jathumbnail off}

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí